Revisitando Chiconautla 3771 viviendas autoconstruidas

                                                Gustavo López padilla

Debemos apoyar la voluntad de desarrollo, cambio y la sensibilidad creativa de las personas…

 Recientemente el equipo de diseño de Sánchez Arquitectos y Asociados, constituido por Félix Sánchez Aguilar, Luis Sánchez Renero, Gustavo López Padilla y Fernando Mota Fernández, realizamos una visita de valoración en sitio, del proyecto que realizamos en el año de 1983, hace 40 años, para una dependencia del Estado de México que se llamaba CRESEM, Comisión Reguladora del Suelo del Estado de México, que dirigía en ese entonces el Ing. Gerardo Fernández y cuyo Director de Arquitectura era el Arq. Javier Pérez Duarte, proyecto que se denominó Conjunto Social Progresivo, a ubicarse en Santa María Chiconautla,  ubicada al noroeste del Municipio de Ecatepec, siendo uno de los 9 pueblos fundadores en la localidad, en el Estado de México. Para el proyecto nos dieron mano libre para buscar algo diferente en la línea de lotes y servicios y se propuso sobre un terreno de 56 has. la construcción de 3771 viviendas, resultando una densidad de 67 viv por hectárea, destinadas a satisfacer de la mejor manera posible, las necesidades de espacios habitables de grupos sociales desfavorecidos económicamente, que en buena medida no contaban ni con un salario mínimo, lo que los imposibilitaba para ser sujetos de crédito y poder acceder a los programas de vivienda convencionales promovidos por el estado. La propuesta fue  entendida como un desarrollo urbano arquitectónico a realizarse en el tiempo, capaz de ir progresando y accediendo a los servicios y satisfactores de bienestar social, por medio de la voluntad participativa de la comunidad involucrada.

De inicio el proyecto se planteó a partir de la idea de hacer ciudad y no simplemente como la posibilidad de juntar casas o  hacer un fraccionamiento grande. La estructura proyectual de calles en la propuesta de diseño, debía establecer criterios claros a seguir, ya que el terreno de origen era una pradera.  Así las cosas,  el proyecto se organizó a partir de ubicar una zona central, delimitada por dos grandes avenidas principales, definiendo un área donde se ubicarían: un parque, escuela secundaria, preparatoria, iglesia, mercado, clínica, campos deportivos y demás equipamientos, de tal suerte que estos servicios fueran accesibles a toda la población. En la propuesta, los lotes que dieran a esta zona central podrían alojar usos del suelo comerciales y posiblemente vivienda en edificios.

Con la finalidad de asegurar un desarrollo comunitario participativo y efectivo, las áreas estrictamente de vivienda se estructuraron con la idea de crear barrios, con una  autosuficiencia de servicios. En el planteamiento total del conjunto se definieron tres barrios, cada uno con poco más de 1000 viviendas y al centro de cada uno se ubicaron edificios de equipamiento tales como: guardería, escuela primaria, centro social y parque de juegos infantiles. Cada barrio podría ubicar comercios o ¨tiendas en esquina¨ para satisfacer necesidades  cotidianas inmediatas. En el planteamiento proyectual del conjunto total, se estudió el máximo aprovechamiento de las calles, de tal suerte que  fueran eficientes y ocupando la menor área posible, lo que llevó al planteamiento de agrupar las viviendas en conjuntos de 17 unidades, organizadas alrededor de un espacio abierto común, mostrando un solo frente urbano de fachada, lo que permitía eficiencias en los usos del suelo, tanto de las áreas destinadas a la ubicación de viviendas, como las ocupadas para ser usadas como calles. Cada calle aloja alrededor de 8 agrupamientos de viviendas y el total de viviendas que dan frente a cada calle varía entre 100 y 150. La distancia que tiene que recorrer un habitante desde su casa, hasta el centro de cada barrio, donde se ubican los servicios comunitarios es de alrededor de 300 metros, que se pueden realizar naturalmente a pié.

Cada conjunto de 17 viviendas cuenta con un amplio espacio central descubierto, de casi 600 m2,  recordando los lugares tradicionales de las vecindades. Ser vecino es ser solidario y ofrece la posibilidad de ayudarse mutuamente entre ellos. A partir de esta idea social, se planteó que 17 familias podrían convivir y unir sus fuerzas, generando una comunidad compacta, capaz de organizarse y trabajar conjuntamente con la finalidad de construir y mejorar sus espacios habitables vitales, como son sus casas privadas  y el espacio comunitario. Cada plaza o espacio común, abre la posibilidad de contar con un lugar libre y seguro, donde pueden convivir los mayores y jugar los niños siendo vigilados por todos. Se propuso que estos lugares comunes contaran con dos zonas claramente diferenciadas, una verde arbolada al fondo, donde incluso se podrían ubicar hortalizas,  árboles frutales y otro lugar al frente, colindando con la calle para estacionar autos, con circulaciones peatonales separadas. Al inicio del desarrollo de autoconstrucción, se planteó que en esta zona podrían ubicarse servicios, como algunos lavaderos comunes.

Las viviendas  debían partir de un módulo básico que iría creciendo en el tiempo poco a poco, con el esfuerzo y dedicación de sus propietarios. Este crecimiento se planteó con tres variantes de diseño igualmente eficientes en sus crecimientos. Cada vivienda contaría con un terreno de 6.30 mts por 12.60 mts, 79.38 m2 de superficie. Como proceso de desarrollo, a cada propietario se le asignaría de inicio, un lote claramente delimitado en un conjunto de viviendas y el gobierno le construiría solamente la cimentación de una primera etapa de 3.00 mts por 6.30 mts. Se le entregaría además un proyecto completo, definiendo alternativas de construcción y crecimiento, pudiendo llegar a una vivienda que contaría hasta con 92.23 m2, que los propietarios podrían ir construyendo en el tiempo de acuerdo con sus posibilidades, pudiendo sumar en el proceso de ejecución la mano de obra de sus propios familiares y vecinos. Se contaría con un banco de materiales al centro del conjunto total, al cual podrían acudir y aprovechar precios preferenciales, además contarían con asesorías técnico constructivas  que realizarían un grupo de arquitectos e ingenieros jóvenes, contratados por parte del mismo gobierno. Adicionalmente se construyeron algunos grupos de 17 viviendas, como modelos uno a uno a imitarse, que mostraban todo el proceso de construcción desde la cimentación inicial, pasando por un primer espacio de 18.74 m2 construidos y las etapas subsecuentes hasta llegar a los 92,23 m2, mostrando como se construían muros y sus refuerzos estructurales, cubiertas, puertas, ventanas y las instalaciones necesarias. Los módulos iniciales de 3.00 mts por 6.30 mts se construyeron con blocks de cemento aparentes, sus castillos necesarios y las primeras cubiertas se instrumentaron, con pequeñas vigas de madera recubiertas con láminas de cartón, sujetadas con corcholatas y clavos, se complementaba lo anterior con puertas y ventanas metálicas.

Jardín y zona deportiva, nodo principal de servicios comunitarios

En términos urbanos, el conjunto total quedó perfectamente trazado, nivelado, definiendo lotificaciones con sus plataformas correspondientes, geometrías de las calles y ubicación de zonas de servicios complementarios. Los edificios de equipamientos de comercio, salud, educación y espacios abiertos verdes, serían edificados como responsabilidad  del estado. A excepción de las dos calles principales del conjunto, que  fueron construidas en su totalidad,  inicialmente el resto de las calles quedaron en terracerías y el compromiso fue que la propia comunidad, haciendo equipo con el gobierno, irían construyendo en el tiempo las infraestructuras necesarias de agua potable, drenaje, electricidad y la pavimentación necesaria, en jornadas aprobadas de común acuerdo.

Calle principal y secundaria

Como resultado de lo anterior, han pasado cuarenta años y las 3771 viviendas acordadas han sido levantadas en su totalidad, con distintas  etapas de ejecución, áreas construidas y calidades diversas en cuanto a su imagen terminada. En el espacio central de todo el conjunto, existe el nodo principal de servicios comunitarios,  planeado con un amplio jardín de muy buena calidad y equipamientos deportivos, que seguramente fueron intervenidos recientemente. Los comercios y equipamientos han sido construidos casi en su totalidad, diversidad y la zona comercial que da frente a las calles de esa zona se muestra con vitalidad económica y operando con regularidad. Al igual los tres centros comunitarios de cada uno de los barrios, cuentan ya con sus instalaciones educativas, comerciales, deportivas, de espacios abiertos y la calidad construida resultante es satisfactoria. Las calles y sus infraestructuras respectivas han sido terminadas en todo el conjunto, aunque en el tiempo no han recibido los mantenimientos necesarios, mostrando en la actualidad signos importantes de deterioro.

Calles secundarias mostrando comercios en esquina

En lo que tiene que ver con los conjuntos de viviendas los resultados son variados y van desde aquellas que todavía conservan las imágenes, calidades constructivas, terminados y niveles levantados de los módulos iniciales con los que comenzó el conjunto, hasta otras viviendas totalmente desarrolladas y transformadas, que nos dejan ver en sus resultados un distinto progreso social, sobretodo económico por parte de sus propietarios y no respetando siempre las reglas de proyecto, planteadas en la original propuesta proyectual  del conjunto. En este sentido, este plan se entendió como abierto y plural, superando los monótonos conjuntos en donde todo está decidido. El orden compositivo de ubicación de los grupos de 17 unidades habitables ha sido respetado, pero los resultados en el uso del espacio común central descubierto es variado, desde aquellos que lo han respetado, pero lo han convertido en un lugar inhóspito, usado solo como estacionamiento con pisos pavimentados, duros ambientalmente, con poca calidad vivible y  escasa vegetación, hasta algunos otros usuarios con mayor sensibilidad que lo han convertido en densas zonas verdes, que llegan a contar con árboles frutales y solo zonas discretas, reguladas de estacionamiento.

Patios o plazas interiores

Platicando con algunos usuarios de distintos grupos de viviendas, en general se muestran satisfechos con los lugares que habitan. En el recorrido que realizamos recientemente, nos encontramos con vecinos que hacían labores de mantenimiento, en el conjunto y fachadas exteriores de sus viviendas. La imagen urbana es variada en sus resultados formales, visuales, compositivos, desde zonas que muestran una cierta precariedad en el orden y terminados de sus fachadas, hasta otras que muestran mayor sensibilidad formal y progreso económico. Lo anterior tiene que ver con que desafortunadamente, como sucede con muchas dependencias gubernamentales, el CRESEM, dependencia con la que se inició el proyecto, desapareció relativamente pronto y entonces el cuidado y seguimiento de proyectos, los acompañamientos técnicos y de apoyo con costos de materiales accesibles desaparecieron y entonces los propietarios de cada conjunto de viviendas y cada casa, se las tuvieron que ver e ingeniar  por su cuenta, para desarrollar y construir sus casas.

Equipamiento de barrio

Con todo, creemos que vale la pena promover hoy en día,  entre las autoridades responsables del Estado de México, un plan de mejoramiento en la zona, que debiera incluir nuevamente la participación activa de los vecinos, que abriera en principio de cuentas oportunidades de trabajo y actividades de mejora en el entorno urbano común de Santa María Chiconautla. Hablamos de mantenimiento de pavimentos y arborización en sus calles y al interior de los conjuntos de viviendas,  en sus espacios centrales descubiertos, también un plan para incorporar mas y cuidadas zonas verdes, que mejorarían en gran medida su calidad habitable, recuperando  la idea de que si hay espacio disponible, generoso y suficiente, con las propuestas de diseño adecuadas, se puede  contar con zonas verdes, hortalizas y árboles frutales, en beneficio de la economía y calidad ambiental habitable de los mismos vecinos del lugar. Creemos además, que repensando y revalorando los resultados del proyecto de Santa María Chiconautla, puede considerarse una alternativa urbano arquitectónica replicable,  en diversas ciudades del país, buscando opciones compactas de desarrollo, tomando en cuenta  una densidad promedio construida de 67 viviendas por hectárea, ocupando preferentemente terrenos  dentro de los límites  territoriales existentes en las ciudades, evitando de ser posible crecimientos periféricos. Se trataría de aprovechar las experiencias previas, debiendo contar además con los apoyos técnicos y de costo de los materiales necesarios, para que el criterio de la autoconstrucción asistida alcance mejores resultados. Vale la pena insistir en la idea, que debemos apoyar la voluntad de desarrollo, cambio y sensibilidad creativa de las personas, para mejorar así su vida y sus espacios habitables.

Nota: Para este proyecto se contó con la valiosa participación del Arquitecto Alberto Robledo Landero, socio en aquel entonces de Sánchez Arquitectos y Asociados.

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Tiempo para reinventarse

                                        Gustavo López Padilla

Desde los tiempos de las reflexiones filosóficas de los pensadores griegos, que se remontan hasta los años quinientos antes de la era cristiana, los seres humanos hemos estado conscientes, de que el cambio es una de las condiciones esenciales que caracterizan el proceso continuo de nuestras vidas. Y como parte de lo anterior, también las crisis que ponen a prueba los valores que representan cada período, forman parte del proceso mencionado. De hecho cada tiempo de crisis, en el que se ponen en duda los valores que dan sentido a cada tramo histórico, ha demostrado ser necesario e inevitable, como condición que ha permitido la evolución, en todos los sentidos, de los seres humanos. En los tiempos de crisis, se ponen a prueba los órdenes de valores que califican la experiencia humana, se cambia el rumbo de la historia, se enriquecen y diversifican las ideas  que orientan el curso continuo  de la vida.

No hay duda que en los complejos tiempos actuales, vivimos, transitamos por uno de estos períodos de crisis y su consecuencia de cambios,  implicando en su conjunto a la filosofía, la ciencia, la política, la economía, la cultura y desde luego las relaciones sociales. Hoy en día están puestos en duda y a revisión los valores con los cuales se pretende dar sentido a la vida, surgen además nuevas y diversificadas modalidades para acercarse al conocimiento. La ciencia actual ha logrado importantes avances en lo que tiene que ver con las comunicaciones, con la salud en general, están presentes la inteligencia artificial, la biotecnología, la robótica y los desarrollos impresionantes en genética, abriendo nuevas posibilidades de formas de vida, incluyendo mayores permanencias en el tiempo y en contrapartida padecemos los efectos de un desarrollo desmedido y equivocado en muchas ciudades, afectando negativamente a la naturaleza, hasta límites que se acercan a lo fatal e irreversible para la supervivencia de los seres humanos. Los sistemas y representaciones políticas se muestran gastados, contradictorios, evidenciando grandes dificultades para ser eficientes, operativos y representar verdaderamente los intereses de las comunidades sociales. A lo largo de los últimos años la economía ha dejado ver desajustes importantes, en donde impera sobre todo el egoísmo humano, que  cuida preferentemente los intereses de unos cuantos, pareciendo ser esto una barrera infranqueable, acentuando desigualdades, con posibilidades de mejoras en el horizonte poco alentadoras, para lograr que los grupos mayoritarios en el mundo puedan disfrutar mejores condiciones de vida. En lo que tiene que ver con la cultura en general, ha habido movimientos importantes de resistencia, que contrarios a la globalización, tratan de reivindicar lo que tiene que ver con las localidades. Así las cosas, crisis, crisis y mas crisis conforman un panorama generalizado que nos abruma hoy en día.

Si partimos de la idea de que podemos entender a la arquitectura como la expresión construida de los valores de la vida y el conjunto de la vida atraviesa por un periodo de transición y crisis, luego entonces esto último repercute necesaria y directamente en las maneras de entender, vivir y ejercer la arquitectura. A las variantes de crisis vitales comentadas líneas arriba, tenemos que sumar además los efectos adversos del difícil transito referido a la pandemia del Covid 19 y de la cual todavía no acabamos de salir plenamente y los expertos consideran que esta enfermedad llegó para quedarse y necesitamos aprender a convivir con ella, aunque sus graves efectos hayan disminuido. Luego entonces, como arquitectos, formando parte de la sociedad,  vivimos tiempos en los que resulta necesario reinventarse. De inicio tenemos que partir de los efectos negativos en los últimos años, que tienen que ver con en el desarrollo de la economía mundial, sumando a ello como ya se ha comentado,  lo que tiene que ver con las implicaciones del Covid en la misma economía, lo que ha resultado en una disminución sensible en las oportunidades de trabajo y en las que existen actualmente, también hay que considerar límites mas acotados en las inversiones posibles de proyectos. Lo anterior nos lleva a plantear que en los proyectos en los cuales podamos estar involucrados, debemos desarrollarlos con mayor consciencia, racionalidad y eficiencia, sin que esto signifique limitaciones de carácter creativo.

La cotidianeidad de la vida ha cambiado en los últimos años y con ello las maneras de cómo vivimos o debiéramos vivir en nuestras casas, han cambiado las formas operativas de cómo trabajamos, nos divertimos, nos transportamos, nos educamos y como se resuelven nuestros problemas de salud. En lo que tiene que ver con el trabajo, debemos valorar las posibilidades de combinaciones, realidades operativas y de relaciones humanas,  que implican el trabajo a distancia y el presencial. Además, se ha valorado puntualmente la necesidad de que en nuestras vidas se establezcan mas y mejores relaciones entre los espacios interiores, públicos y privados y los espacios abiertos de ser posible verdes, en variaciones diversas que impliquen desde  el ámbito de las ciudades, hasta los espacios particulares de las viviendas, el trabajo y la educación, en donde se prioriza la búsqueda de la salud, el equilibrio y mejora de las conductas sociales. En todo lo anterior juega un papel importante el problema del calentamiento global, que debemos enfrentar urgentemente con decisión, inteligencia, aplicación de lo mejor de la ciencia, voluntad política y social. El tiempo se ha agotado y el cambio de nuestras maneras de utilizar la energía y relacionarnos con la naturaleza tienen que cambiar necesariamente, orientándonos a restablecer equilibrios a nivel mundial, si queremos conservar las condiciones de vida en nuestro planeta, tal y como las conocemos actualmente.

La inminente presencia de la inteligencia artificial ha comenzado a tener impactos importantes en la vida de todos nosotros, con cambios que todavía estamos visualizando. Tenemos que acercarnos y conocer de la mejor manera esta IA, para poder considerarla una herramienta que mejore nuestras vidas y no se convierta, al contrario, en una amenaza que limite y deteriore nuestras calidades de vida en todos los sentidos, desde la educación, pasando por el trabajo y nuestras relaciones sociales. El hombre tiene que pensar en acciones que procuren el bienestar del hombre y en ello todos somos corresponsables. En esto los jóvenes, que representan una buena parte del presente y el futuro, con sus visiones frescas e innovadoras  juegan un papel fundamental. Tenemos que estar cerca de ellos y comprender las maneras de cómo ven, entienden y enfrentan la vida.

Como arquitectos no somos ajenos a toda esta nueva realidad de crisis, en la que los cambios palpables en las maneras de la vida cotidiana, están abriendo nuevos rumbos de desarrollo para las ciudades, la arquitectura y de los cuales podemos y debemos ser autores y actores. Tenemos que reinventar y diversificar nuestras maneras de generar oportunidades de trabajo. Tenemos que reinventar nuestras maneras de entender, pensar y enfrentar los proyectos que nos sean encomendados, pensando siempre en las ciudades y la arquitectura como oportunidades en las que  ejerciendo nuestra profesión, podamos ser útiles, ayudando a resolver problemas de habitabilidad para la gente. Tenemos que replantear nuestras modalidades de trabajo, incluyendo posibilidades diversas  a distancia y presenciales. Creo que no es sano y prudente limitar las relaciones humanas, cercanas, personales, que nos permiten desde enriquecer, diversificar  y volver amable la vida cotidiana, hasta poder pensar y tomar mejores decisiones colectivamente, en relación con nuestros proyectos. Tenemos que actualizarnos consciente y constantemente en relación con la ciencia y el conocimiento, incentivar un espíritu de experimentación en todos los sentidos, intelectual, proyectual y constructivo. Tenemos que reanimar nuestras capacidades creativas, ampliar nuestros horizontes compositivos, estar cerca de los jóvenes e imaginar nuevas visiones de presente y futuro. Son tiempos para reinventarse, si no lo hacemos, estamos condenados al rezago, al aislamiento y posiblemente al olvido. Hay que reinventarse, pero sin perder lo valioso de la memoria.

Nota: Las imágenes que acompañan las presentes reflexiones, corresponden con el Taller de Sánchez Arquitectos y Asociados.

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Reutilizar lo construido en la ciudad, proyecto Laguna

                                                 Gustavo López padilla

 Los rostros y las calidades habitables de las ciudades se van construyendo paulatinamente en el tiempo, de manera colectiva, conformando lugares y tejidos espaciales que les confieren identidad, con los cuales las gentes se identifican y desarrollan ahí sus vidas cotidianas. En estos ámbitos de las ciudades podemos reconocer distintas zonas de desarrollo económico, social y cultural, con resultados  edificados muy diversos. En las ciudades existen zonas claramente consolidadas,  dentro de las cuales algunas pueden llegar a ser patrimoniales, que  merecen atenciones y cuidados especiales, las hay otras mas dinámicas comprometidas con la modernidad en constante transformación y unas mas  que si bien sus rostros no tienen una gran calidad formal, están bien equipadas en términos de infraestructuras que se pueden considerar potencialmente como reservas territoriales urbanas. En términos proyectuales en las ciudades, existen posibilidades de realizar obras nuevas, pero también pueden edificarse otras, en las que se reutilizan construcciones preexistentes,  alternativa que en los últimos años ha cobrado relevancia, significando racionalidad e importantes oportunidades de diseño, en las cuales sin ocupar nuevos territorios que impliquen indeseados crecimientos horizontales y con ello disminución de las zonas naturales, se desarrollan proyectos que pueden implicar enriquecimientos referidos a cambios en los usos del suelo, además de redensificaciones edificables mesuradas, mejor aprovechamiento de construcciones e infraestructuras urbanas existentes, implicando en ello el mejoramiento, renovación y actualización  de zonas importantes de ciudades, en términos económicos, sociales, culturales y de sus calidades de diseño,  incluyendo su imagen urbana.

La colonia de los Doctores, ubicada al sur de la Alcaldía Cuauhtémoc, que surgió a finales del siglo XIX en la ciudad de México, alrededor del año 1890, representa una zona que cuenta con importantes equipamientos arquitectónicos y urbanos, mezclas variadas de usos del suelo, en donde existen áreas significativas de baja densidad construida, con imágenes compositivas y formales poco unitarias, atractivas  y consolidadas, pero contando con una posición geográfica estratégica centralizada dentro del conjunto total de la ciudad, lo que le confiere una condición para ser considerada como una reserva territorial de primer nivel, que ha comenzado a transformarse, mejorando poco poco sus calidades de habitabilidad y representando un cúmulo de posibilidades profesionales para los arquitectos. Algunas de las construcciones en la colonia de los Doctores, que surgieron  desde los primeros años del siglo pasado en el lugar, originalmente fueron fábricas, ocupando lotes de buen tamaño y que para su funcionamiento estuvieron resueltas naturalmente mediante estructuras industriales, que alojaron grandes y altos espacios con continuidades entre los mismos. Por diversas circunstancias, algunas de estas fábricas han dejado de funcionar como tales, resultando estas preexistencias, brillantes oportunidades de inversión y proyectuales, reciclando y reutilizando lo construido, cambiando los usos del suelo originales, creando además las condiciones para un mejoramiento urbano, social y cultural en la zona. Tal es el caso del proyecto conocido como Laguna, que se ubica en la calle Dr. Erazo 172, dando frente además a las calles Dr. Lucio y Dr. Martínez del Río.

La fábrica en cuestión, que data inicialmente del año 1930, alojó la empresa textil llamada Barmenia y en 1942 se convirtió en La Laguna, que producía hilos y encajes. El lugar cuenta con un terreno cabecera de manzana de 8,000.00 m2 y actualmente con 6,500.00 m2 construidos. La fábrica como tal cerró sus actividades en el año 2015 y por ese mismo tiempo BUNA productora de café, inició parcialmente la ocupación del sitio, comenzando el cambio en el uso del suelo original. Desde aquellos años a la fecha el lugar se ha ido transformando, de la mano de un proyecto realizado como un proceso continuo, encomendado al joven equipo de diseño, fundado en el año 2006, identificado como Productora, constituido por Abel Perles, Argentina (1972), Carlos Bedoya México (1973), Víctor Jaime México (1978) e Wonne Ickx Bélgica (1974).

Como fábrica, la construcción original estuvo ordenada fundamentalmente en relación a un patio central descubierto, alargado, en torno al cual se disponían las naves de trabajo, resueltas como espacios continuos, altos, bien iluminados, a veces contando con planta baja y alta y en otras, con lugares de dobles alturas. Constructivamente se emplearon de origen estructuras de concreto armado, muros de block de cemento aplanados y pisos de cemento pulido. Esta característica general del lugar, una vez que se plantea decididamente cambiar el uso del suelo resulta favorable, permitiendo fácilmente aprovechamientos y subdivisiones de diversas dimensiones y contando siempre con alturas generosas, abriendo posibilidades de uso, calidades habitables funcionales y de gran atractivo formal y espacial. Hasta ahora se ha respetado el paso del tiempo, que se deja ver claramente en las irregularidades y desgastes de los terminados de pisos y paredes, que combinados con algunos discretos tratamientos formales y de detalle de acabados recientes, en sus combinaciones plásticas logran un encanto interesante. Las diversas instalaciones en general, viajan y se muestran en su condición aparente, permitiendo con ello facilidades de operación, reposición y mantenimiento. La postura proyectual en el conjunto y en los detalles de los distintos locales resultantes, se ha caracterizado por la prudencia, evitando protagonismos innecesarios.

En términos urbanos, la Laguna cuenta una presencia amable, discreta,  con una escala amigable peatonalmente, de máximo dobles alturas generosas, manteniendo el criterio de poca presencia hacia la calle, procurando en sentido contrario una intensa vida interior. Respetando el patio central descubierto ya mencionado, en términos de uso, compositivos, formales y funcionales, fundamentalmente se han aprovechado los espacios interiores útiles en su condición preexistente, aunque han surgido algunas zonas de nuevas construcciones, en las que se han planteado tratamientos espaciales y de acabados, que dialogan bien con las preexistencias. Se ha propuesto como idea general, que los tratamientos de cancelerías exteriores, fundamentalmente en el conjunto, respeten y reinterpreten los criterios originales de forma, materiales y color, respecto de las originales de la fábrica, buscando con ello  unidad compositiva.

Se ha incentivado en los usos del suelo en La Laguna, el impulsar actividades creativas, relacionadas con la gastronomía y las posibilidades diversas del diseño, desde diseños de pequeños objetos, muebles, distintas expresiones del arte y las manufacturas, hasta despachos comprometidos con la arquitectura y el urbanismo. Las escalas y dimensiones de los lugares resultantes son muy variadas. Se ha ido creando un sentido de comunidad, con actividades complementarias entre sí, estableciendo vínculos, apoyos funcionales y operativos, entre quienes forman parte de la vida en el lugar. Al mismo tiempo ha habido la voluntad de relacionarse con diversos grupos de vecinos de los alrededores a la Laguna, con la idea de contribuir a la difusión del conocimiento y la cultura, tratando de enriquecer y diversificar la vida comunitaria de barrio. El proyecto Laguna de los arquitectos de Productora sigue en marcha, entendido como un proceso continuo y rectificable en el tiempo.

El tema de los reciclamientos industriales, que muchas veces se ubican en zonas centralizadas, contando con equipamientos e infraestructuras importantes, que con sus cambios de usos del suelo transforman los rostros y las calidades habitables en las ciudades es potencialmente sólido, prometedor y diverso, con posibilidades proyectuales que pueden implicar conjuntos de viviendas, culturales, comerciales, de trabajo o de entretenimiento, abriendo incluso, según su escala,  alternativas para contribuir ambientalmente con  zonas significativas abiertas verdes.  Se trata de obras que en el curso de sus funcionamientos pueden ser entrañables, que forman parte de la vida y la memoria social y que pueden contar con segundas oportunidades de viabilidad productiva. En otro sentido, pensando en términos urbanos, hablamos de reservas territoriales, que con visión creativa y acciones concertadas entre autoridades, inversionistas y arquitectos, pueden revitalizar y generar nuevos impulsos de desarrollo para las ciudades contemporáneas.

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Y pasaron cincuenta años… Sánchez Arquitectos y Asociados

 Gustavo López padilla

La memoria no es lo que recordamos, sino lo que nos recuerda. La memoria es un presente que nunca acaba de pasar

  Octavio Paz

La vida y la arquitectura tienen semejanzas, se van construyendo poco a poco en el tiempo y la excelencia en ambas, se puede ir logrando si se  reconocen  y practican un conjunto de valores que les dan pleno sentido. Sin valores podemos hablar tan solo de existencia por un lado y de construcción por el otro. Los valores involucrados hacen la diferencia. En gran medida la buena vida y la buena arquitectura también tienen que ver con los caminos, que generalmente se recorren en compañía de los otros. Se van alimentando y enriqueciendo, a partir del intercambio continuo de ideas y experiencias, en donde no es suficiente permanecer solo y en silencio. Hacen falta entonces para la vida y la arquitectura, la conversación, la compañía, las vivencias colectivas y todo esto se desarrolla en el tiempo y el espacio, entendiendo por espacio: el orden de las coexistencias posibles y por tiempo, el orden de las sucesiones posibles.

Han pasado cincuenta años y sobretodo para Sánchez Arquitectos y Asociados, la  celebración tiene que ver con las maneras de cómo hemos compartido la vida y la amistad, entre quienes conformamos este equipo de trabajo. Antes que nada en todo este tiempo, Luís Sánchez Renero, Félix Sánchez Aguilar, Gustavo López Padilla y Fernando Mota Fernández, hemos sido y seguimos siendo amigos en las buenas y en las malas, sumando y respetando habilidades y diferencias de cada uno de nosotros. Hemos trabajado intensamente largas jornadas, nos hemos divertido de igual manera y como parte de esto último, hemos viajado a un puñado de lugares interesantes, dentro y fuera del país. Compartimos valores de vida y el gusto por la arquitectura, imaginar lugares distintos en las ciudades que la gente pueda habitar, desarrollando ahí sus actividades cotidianas. Somos un equipo y en algún tiempo formaron parte del mismo: Alberto Robledo Landero, Álvaro Díaz Escobedo y Raúl González Martínez. Hemos tenido asociados por proyecto como Humberto Ricalde González, Héctor Meza Pastor, Miguel Murguía y José Luís Pérez Maldonado, mas un grupo de poco mas de doscientos colaboradores. Algunos de estos últimos hoy en día son reconocidos arquitectos, lo cual para nosotros es también motivo de satisfacción. Naturalmente agradecemos a todos sus valiosas contribuciones, que se reflejan en lo que hoy es Sánchez Arquitectos y Asociados.

Nuestra experiencia profesional se ha caracterizado por la voluntad de ser, la constancia, la resistencia, entendiendo la práctica de la arquitectura como un servicio de carácter social, todo ordenado a partir del ejercicio de la razón, pensando siempre en la estrecha relación que existe entre arquitectura y ciudad, entre los individuos y la colectividad. Nos hemos inventado en la medida que hemos recorrido el camino. A lo largo de cincuenta años hemos podido realizar 308 proyectos, de los cuales 243 son de naturaleza arquitectónica y 65 tienen que ver con planeación y diseño urbano. Como en toda experiencia humana, la valoración del conjunto es diversa, pero para esta oportunidad, mostraremos y comentaremos una selección de obras que puede ser representativa de nuestra práctica profesional, en términos de ideas que les dan sentido y sus correspondientes expresiones compositivas y formales.

Conjunto Habitacional Integración Latinoamericana             

Uno de los temas proyectuales que ha estado presente, de manera constante,  a todo lo largo de nuestra experiencia profesional, desde el año de 1973, ha sido el de los conjuntos de vivienda de interés social, de los cuales hemos realizado veinticinco proyectos en diferentes localidades de la República Mexicana, tomando en cuenta particularidades del lugar y condiciones distintas de carácter cultural. Entre ellos tiene para nosotros particular significación el Conjunto Integración Latinoamericana, terminado en el año 1976, ubicado al sur de la ciudad de México, proyecto en el que fueron asociados Héctor Meza Pastor y Humberto Ricalde González. Se trata de un conjunto de 1460 viviendas, en un terreno de 108,450 m2 y contando con una densidad construida de 750 habitantes por hectárea. El terreno disponible cuenta con estrechos frentes, mirando a sus dos avenidas limítrofes, Universidad y Cerro del Agua, a través de las cuales se conecta a la ciudad, lo que se tradujo en plantear en términos de diseño urbano, un circuito vial interior que se extiende linealmente hacia las calles urbanas en cuestión, con la idea de tratar de integrarse al tejido de la ciudad. Las viviendas se organizaron en relación a amplias plazas altas cubriendo en su parte baja estacionamientos. Se combinaron tres tipos de edificios de cinco, diez y dieciséis niveles, alojando departamentos con distintas áreas útiles, que van desde 75.00 m2 hasta 120.00 m2,  logrando con ello mezclas socio económicas, que incluyen desde dos y hasta cinco salarios mínimos. Con las plazas sobre los estacionamientos y los jardines exteriores posibles, se llegó a un 59.4% de espacios abiertos, sin roces peatonales con los automóviles.

Hotel Holiday Inn Caballito

En el año de 1979, tuvimos la oportunidad de participar en un proyecto de gran escala y repercusión urbana para la ciudad de México, el Hotel Holiday Inn Caballito, que se ubicaría en la confluencia del Paseo de la Reforma con Ave. Juárez, Rosales y Basilio Badillo, en la colonia Juárez. Fueron asociados del mismo Héctor Meza Pastor y Humberto Ricalde González.  El proyecto contaría con 79,610.00 m2 construidos, de los cuales 18,147.00 m2 serían estacionamientos ubicados en cuatro niveles abajo del nivel de banqueta, 20,389.00 m2 que conformarían un cuerpo bajo de accesos y servicios generales del hotel y 41,073.00 m2 que conformarían una torre, resultando un total de 45 niveles construidos sobre el de banqueta. En términos urbanos, dada la altura del edificio, el hotel  dialogaría con la nueva torre de la Lotería Nacional, ubicada enfrente sobre la misma Reforma, constituyendo así un par de volúmenes verticales, a manera de una gran puerta o un nodo de referencia que definiría el rumbo vehicular hacia el norte por la misma avenida. Arquitectónicamente en el proyecto se exploraron formas geométricas simples, buscando además expresividades formales, contrastes, juegos de claroscuros, proponiendo terminar el edificio con materiales prefabricados, texturas y colores, relacionados con el barro recocido. Estando en proceso de obra, dada la crisis financiera en el país del año 1982, el edificio detuvo su construcción  por un largo período de tiempo, nuestra participación fue suspendida y no se terminó de acuerdo con el proyecto originalmente diseñado. Otros mas adelante lo convirtieron en un edificio de oficinas.

 Programa Renovación Habitacional Popular

En 1985 ocurrieron un par de fuertes sismos que afectaron brutalmente a la ciudad de México y entre los estragos de derrumbes ocurridos, se perdió una considerable cantidad de viviendas, afectando en buena medida a los grupos sociales menos favorecidos económicamente, ubicados en las zonas centrales de la ciudad. Se tuvo que instrumentar a la brevedad un programa gubernamental, denominado Renovación  Habitación Popular, dentro del cual participamos como proyectistas arquitectónicos, urbanos y supervisores de obra, con la finalidad de colaborar en la reposición lo mas pronto posible de esas viviendas. Se trabajó directamente sobre las calles afectadas,  con los grupos sociales involucrados en cada uno de los lotes correspondientes, en una suerte de arquitectura participativa, de lo cual surgieron prototipos de vivienda que se utilizaron en los proyectos de reconstrucción y de los cuales nosotros fuimos los autores de algunos de ellos. En paralelo trabajamos también en criterios de imágenes urbanas y agrupamientos de conjunto, algunos de los cuales sirvieron de base proyectual, para los otros equipos de arquitectos que participaron, como parte del programa de respuesta a la problemática suscitada. Los prototipos de vivienda rondaban los 38.00 m2 construidos cada uno, planteados a levantarse mediante métodos, materiales y procedimientos tradicionales de construcción, generando con ello además, mano de obra que benefició a los propios afectados. Se exploraron criterios de diseño, que tenían que ver directamente con las ideas espaciales de las llamadas vecindades, agrupamientos de viviendas que forman parte de la vida colectiva, histórica, tradicional,  en nuestra ciudad. Además de los criterios de agrupamiento, en lo que tiene que ver con la imagen urbana de los conjuntos, que contaron con tres niveles de altura, logramos incorporar un repertorio de colores que se aplicaron en los mismos, relacionados con la cultura nacional, lo cual se tradujo en rostros construidos amables y atractivos, que la comunidad aceptó de buena manera. Se conformaron en la ciudad distintas zonas de construcción de los proyectos y nosotros fuimos corresponsables de dos de ellas, en donde realizamos trabajos de dirección arquitectónica. Este proyecto a nivel mundial ganó el premio Sir Robert Matthew de la UIA, Unión Internacional de Arquitectos.

 Oficina de Diseño Flora 16

Por esas mismas fechas del sismo de 1985, decidimos apoyar también lo que tenía que ver con la reconstrucción de la colonia Roma, igualmente  afectada en nuestra ciudad de México y mientras mucha gente se alejaba de la zona, nosotros decidimos trasladar nuestra oficina de diseño, precisamente a la calle de Flora, en el número 16, de la ya mencionada colonia Roma. Adquirimos una casa catalogada históricamente, que data de los primeros años del siglo XX, por ahí de 1904, que fue afectada por los sismos referidos. En este caso tuvimos la oportunidad de desarrollar un proyecto, en el que se mezclaron respetuosamente, la reconstrucción fiel de una buena parte de la construcción histórica original, combinando lo anterior con obra nueva, en la que se experimentaron criterios y diseños cercanos a un racionalismo tecnológico. La imagen urbana de la propiedad se mantuvo fielmente, como había sido proyectada de origen, su fachada no había sido  afectada y por los interiores, en una primera crujía del proyecto, se restituyeron muros, plafones  y yeserías, con todos sus detalles respectivos. En una segunda crujía se restauraron algunos trabajos de muros en los que había combinaciones de barro y tepetate, dejando estas particularidades constructivas en su condición aparente, lo que se combinó con estructuras metálicas nuevas, entrepisos de madera y muretes bajos terminados con blocks de cristal, todo esto mostrado de igual manera en su condición aparente. Entre una crujía y otra se mantuvo un patio central, que fue cubierto con una estructura metálica y cristal y sus pisos fueron acabados mediante juegos geométricos circulares, en donde el tabique de barro fue el material empleado. A esta obra de respeto y reconstrucción del patrimonio histórico construido, mezclado armoniosamente con obra nueva, siguieron otras más, hasta llegar a nuestra oficina actual del año 2013, ubicada en Teotihuacán 19, en la colonia Hipódromo.

 Estación de Transferencia Zaragoza

Para las ciudades, el tema de la movilidad social es una de sus preocupaciones operativas  fundamentales y el sistema de transporte colectivo del Metro, constituye  parte de su estructura vertebral de solución, que se vincula complementariamente, en ocasiones,   con otros sistemas de transporte. En este orden de cosas, recibimos la invitación para desarrollar el proyecto de una estación de transferencia entre el sistema del Metro y rutas de camiones urbanos, que complementan los trayectos requeridos, en la zona que colinda con la Calzada Ignacio Zaragoza, ubicada al oriente de nuestra ciudad, en la Alcaldía Venustiano Carranza. El proyecto terminado en 1991, contempló dentro de su programa arquitectónico a resolver, el contar con un amplio espacio cubierto, como entrada y salida de la estación del Metro Zaragoza y zonas exteriores de lanzaderas, para ubicar ahí distintas rutas de camiones. En la propuesta conceptual del proyecto, se planteó realizar un sistema de cubiertas altas, tubulares metálicas, combinando lo anterior con superficies acristaladas, aludiendo a la distancia a criterios de diseño de las tradicionales estaciones de trenes, que se desarrollaron en el mundo y en nuestro país, desde mediados del siglo XIX. La solución proyectual contempla un gran espacio, fluido, funcional, bien iluminado, que se ajusta a distintas plataformas de niveles, respondiendo a los recorridos peatonales necesarios de los usuarios, que transitan entre las subterráneas instalaciones del Metro, hasta llegar a las lanzaderas exteriores de las rutas de camiones. Hablamos de una arquitectura que transita entre lo funcional, racional, alusiones históricas  y una cierta expresión compositiva y formal tecnológico industrial.

Mercado Pino Suárez

Por años en la ciudad de México, se dejaron de construir mercados públicos, en su lugar proliferaron los centros comerciales privados. Pero al mismo tiempo desde la segunda mitad de los años ochenta, creció el número de vendedores ambulantes, que ofrecen sus productos y servicios en las calles, ocupando banquetas y afectando de manera importante el tránsito peatonal. En este orden de cosas fuimos invitados para desarrollar el proyecto de un mercado público, terminado en 1992, encaminado a alojar y ordenar a los vendedores ambulantes que se ubicaban en los alrededores de la Plaza Pino Suárez, en el centro de la ciudad de México. En el sitio existían las preexistencias de unas plataformas de concreto, que lastraban sustituyendo el peso que había existido en el lugar, referido a unos edificios altos que habían sido demolidos después del sismo de 85, implicando la estabilidad de las instalaciones del metro subterráneo, precisamente en su estación Pino Suárez. Cercanos a las instalaciones del Metro, a petición nuestra se ubicaron unos paraderos de autobuses, estableciéndose así una relación operativa complementaria entre paraderos y el Metro. Esta  condición definió que el tránsito peatonal de los usuarios entre ambas instalaciones, pudiera inducirse de manera controlada por la parte alta de las plataformas de concreto, donde se instalarían ahí justamente los locales para alojar a los vendedores ambulantes y liberar así el espacio de la Plaza en los alrededores a la entradas del Metro. La obligatoriedad del tránsito peatonal recorriendo las instalaciones del nuevo mercado, garantizó su funcionalidad comercial. El proyecto fue resuelto linealmente, mediante una dinámica estructura perimetral tubular metálica, incluyendo una cubierta  ondulante cóncavo-convexa, resuelta mediante armaduras prefabricadas y cubiertas ligeras aislantes, también metálicas, liberando en la parte baja el ordenamiento de los puestos comerciales, propiciando además ventilaciones naturales cruzadas.

 Conjunto de Viviendas Amsterdam 120

Las implicaciones de los sismos de 1985, también afectaron de manera importante a la colonia Condesa y zonas aledañas. Por algunos años las huellas de la destrucción mostraban imágenes como detenidas en el tiempo, poco alentadoras y grupos importantes de población se fueron alejando de la vida en la zona. Nosotros sin embargo, creímos y visualizamos que a pesar de lo anterior, la Condesa contaba con una  infraestructura urbana importante, incluyendo desde luego el Parque México, lo que le confería  un potencial, que esperaba tan solo algunos indicios detonantes para desarrollar y mejorar de nuevo la zona y sus alrededores. Fue así que en el año 1992 terminamos el desarrollo de un proyecto de vivienda particular colectiva, en un terreno que tiene 15 metros de frente hacia la calle de Amsterdam, una de las más emblemáticas, confortables  y arboladas de la colonia Condesa. En esta oportunidad nos planteamos explorar una alternativa proyectual diferente del común de proyectos semejantes que se podían desarrollar en el sitio. Así en lugar de imaginar un edificio tradicional vertical de planta baja y tres niveles superiores, que se permitía  de acuerdo a los reglamentos urbanos vigentes, propusimos en Amsterdam 120, tres viviendas unifamiliares, independientes entre ellas, desarrolladas linealmente en cuatro niveles,  implicando para cada una un tercio del frente disponible a la calle, refiriendo conceptualmente la solución del proyecto a lo que se  conoce como town houses, alternativa arquitectónico urbana  ampliamente explorada en varias ciudades europeas y en los Estados Unidos. En el proyecto se ubicaron, el acceso principal peatonal y los estacionamientos requeridos en el nivel de planta baja y en los restantes se ordenaron los espacios útiles, a partir de un patio central cubierto de triple altura, ubicando las áreas públicas de convivencia y servicios en un primer nivel y el resto de los lugares mas privados, en los niveles segundo y tercero. Se buscó con ello continuidades en los espacios, contar con mucha luz y ventilaciones naturales cruzadas, para lograr confort en los interiores. Esta obra en su momento, fue de las primeras que confiaron en el nuevo impulso urbano en la Condesa, que actualmente muestra un desarrollo diverso y vertiginoso. Posteriormente a esta obra, siguieron para nosotros otras de la misma naturaleza, en la misma colonia Condesa, así como en la Roma y Polanco al poniente de la ciudad

Plan de Desarrollo Puerto Marqués

El puerto de Acapulco en el Estado de Guerrero, es sin duda uno de los lugares turísticos mas importantes del país, con amplios reconocimientos a nivel internacional. Sin embargo por décadas, el desarrollo de sus infraestructuras urbanas, lo que tiene que ver con sus vialidades y redes de agua potable, drenaje y electricidad, fueron  deficientes, afectando incluso la calidad del agua en sus playas, donde se descargaban directamente aguas de drenaje, poniendo en riesgo la salud de los visitantes al sitio. A estas condiciones adversas, contribuían de manera importante los grupos de locales comerciales, de mala calidad, que dan frente a las playas públicas mencionadas. A partir de esta circunstancia, fuimos invitados a implementar un Plan de Desarrollo en la Bahía de Puerto Marqués, que fue terminado en 1994. Dicho plan fue el resultado de consultas y acercamientos directos con la población del lugar, planteando de inicio mejoramientos en la vialidad principal cercana y colindante al frente de mar, incluyendo la construcción de nuevas redes de agua potable, electricidad y en lo que tiene que ver con el drenaje, una nueva red que se llevó a una planta de tratamiento también nueva, cuyas aguas residuales se vierten ahora en la llamada laguna Negra, lejos de la playa. Los beneficios al ecosistema y a la salud pública del lugar son ahora evidentes. Al mismo tiempo, se propuso la construcción de nuevos locales comerciales en el frente de mar, retrasando y elevando su nivel de desplante en relación a su posición original con respecto a  la playa, aumentando el área libre de espacios con arena, entre el acercamiento natural de las olas del mar y la zona comercial. Los nuevos locales comerciales implicaron un diseño sistemático, modular, semiprefabricado, obteniéndose además un repertorio de distintas áreas de locales disponibles. Se combinaron muros de block tradicionales con acabados convenientes, a lo que se sumaron  estructuras metálicas y cubiertas de multypanel, con tratamientos particulares para la salinidad, buscando espacialmente funcionalidad operativa en los locales, servicios sanitarios limpios y eficientes, vistas francas a la playa y ventilaciones naturales cruzadas, buscando el confort de los usuarios en los locales. Hablamos a final de cuentas, de un proyecto turístico con implicaciones sociales.

Torre de Ingeniería de la UNAM

El proyecto de diseño colectivo de la Ciudad Universitaria de 1952, ubicado al sur de la ciudad de México, fue declarado Patrimonio Nacional en 2005 y en 2007 Patrimonio Cultural de la Humanidad. Formando parte de este contexto, fundamental para la Arquitectura Mexicana Contemporánea, fuimos invitados a desarrollar el proyecto de la  Torre del Instituto de Ingeniería, inaugurada en 2002, ubicada a un costado de la Alberca Olímpica, en un terreno limítrofe con la zona considerada patrimonial perímetro A. Se dispuso de un terreno que ya había sido ocupado previamente por unas bodegas y las instalaciones de un túnel de viento, dependientes ambas del Instituto de Ingeniería. Se demolieron las bodegas, se conservó el túnel de viento y la condición de desarrollo del proyecto fue que se podía disponer del área del terreno demolida, pero no se debía ocupar nuevo terreno de área libre verde. Con esta premisa, se planteó un edificio que tuviera alusiones al campus original de Ciudad Universitaria, de fuerte influencia conceptual Le Corbusiana, pero que al mismo tiempo, representara los avances tecnológicos de la ingeniería mexicana actual. Se diseñó un primer volumen, a manera de una plataforma, cubriendo y resguardando el túnel de viento, al cual se llega a su azotea mediante una rampa peatonal descubierta, que recorre parte del paisaje natural circundante, generando una plaza, zona de acceso y desplante del volumen principal. Ya en el edificio se dispuso en planta baja una zona porticada, constituida por sólidas columnas de concreto armado enduelado aparente, recubierta parcialmente de cristal, aludiendo junto con la rampa mencionada previamente  a propuestas Le Corbusianas. Sobre esta base previa se levantó una estructura metálica, columnas, trabes y entrepisos aparentes, haciendo viajar las instalaciones necesarias de igual manera aparentes. Conceptual, formal y estructuralmente,  el edificio en este sentido  es cercano a interpretaciones High Tech. Patios centrales de dos y cuatro alturas, por donde el paisaje verde circundante penetra visualmente hasta el corazón del edificio, ordenan la composición general. La cubierta alta metálica de remate del edificio, es una reinterpretación modernizada, de la cubierta que termina en su parte alta el edificio de ciencias, ubicado en el corazón  del proyecto original de 1952. La Torre de ingeniería se planteó de origen con un carácter experimental, incluyendo criterios de carácter ambiental. La realización de este edificio representó un reto, un privilegio y mas tomando en cuenta el compromiso que significaba, que todos los implicados en el mismo, somos egresados de la Facultad de Arquitectura de la UNAM. El proyecto fue reconocido con el Premio Nacional de Ahorro de Energía y Fuentes Renovables 2008 , por parte de la Secretaría de Energía.

Escala Náutica, La Paz Baja California

El turismo siguiendo las rutas costeras, exteriores e interiores  de la Península de Baja California, se desarrolla en buena medida, a partir de las embarcaciones de diverso calado, provenientes de los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá. Luego entonces a lo largo de estas rutas de travesías, se vuelve necesario contar con apoyos logísticos y de servicios para las embarcaciones. Para tales efectos fuimos invitados por FONATUR, para desarrollar un proyecto prototipo denominado Escala Náutica, que se ubicaría en varias localidades a lo largo del recorrido de las embarcaciones posibles. El primer proyecto construido, fue localizado en el Mar de Cortés, en la ciudad de la Paz y terminado en 2006. El listado programático incluyó una marina para atracar embarcaciones, taller de reparaciones y reposición de refacciones, área administrativa, otra de descanso para visitantes y zona comercial, incluyendo un restaurante y bar terraza descubierto. Se pretendía originalmente que el diseño del edificio fuera prototipo y se repitiera en diversas localidades, lo que nos llevó en materia proyectual, a plantear una propuesta sistematizada, modular, de formas simples, utilizando materiales y procedimientos constructivos metálicos, aparentes, producidos en fábrica, finalmente atornillados en el sitio, con los tratamientos necesarios para enfrentar la salinidad. La forma, composición y ambientación de los espacios resultantes, aluden a los lugares descubiertos aterrazados, que existen en las grandes embarcaciones de carácter turístico.

  Edificio de Departamentos Del Ángel 14

La colonia San José Insurgentes, al sur de la ciudad de México, originalmente estaba constituida mayoritariamente por casas habitación unifamiliares, desplantadas en lotes generosos, construidas entre las décadas de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado. La ubicación de la colonia, limitada perimetralmente por vialidades importantes y contando con equipamientos urbanos variados y de buena calidad, fueron induciendo paulatinamente cambios en su densidad construida,  a partir de la década de los años noventa, lo que ha ido cambiando su rostro urbano, sustituyendo las originales casas habitación, por edificios de baja altura, de entre tres y cinco niveles, lo que se ha traducido en una densidad media baja de ocupación del suelo Como consecuencia de esta transformación, tuvimos la oportunidad de desarrollar el proyecto de uno de estos nuevos edificios, ubicado en la calle Del Ángel, en el número 14, en una ubicación  cercana a Río Mixcoac. El proyecto resultante terminado en 2016, cuenta con un semisótano, donde se ubican  estacionamientos y el acceso principal peatonal, a lo que se suman tres niveles superiores, donde se ubican seis departamentos, dos por nivel, disponiendo adicionalmente en azoteas de terrazas útiles,  pergoladas, matizando y regulando así las incidencias del sol en la zona. En términos proyectuales cada departamento tiene claramente definidas sus zonas de uso, ubicando al fondo de manera separada las privadas de dormir, al centro los servicios y al frente, colindando con la calle arbolada, los lugares más sociales, incluyendo terrazas. La fachada principal del edificio de orientación poniente, está protegida mediante celosías metálicas móviles, permitiendo regular y protegerse de las incidencias del sol y sus ganancias de calor.  Lo anterior genera una dinámica continua de juegos de claroscuros, que van cambiando de acuerdo al curso de los días y los intereses de confort de los usuarios de cada departamento.

Conjunto Santa María,  San Miguel Allende

Las ciudades que tienen un reconocido patrimonio construido, representan una oportunidad interesante para desarrollar en ellas proyectos urbanos y arquitectónicos. Las polémicas de cómo resolver dichos proyectos generan siempre posturas encontradas. Dentro de lo anterior, nosotros creemos que como arquitectos tenemos un doble compromiso, por un lado con la historia y el patrimonio construido, pero al mismo tiempo debemos asumir nuestra responsabilidad de representar la actualidad de nuestro tiempo. Entonces nuestra postura proyectual es tratar de realizar reinterpretaciones contemporáneas de vida, culturales, urbanas y arquitectónicas, con la voluntad de respetar y al mismo tiempo enriquecer y diversificar los contextos urbanos de las ciudades en cuestión. A partir del año 2009 y a lo largo de poco mas de diez años, hasta 2020, desarrollamos un conjunto denominado Rincón de Santa María, ubicado en San Miguel de Allende Guanajuato, colindando con el arroyo de las Cachinches, que es alimentado por las aguas de la Presa del Obraje. El conjunto cuenta con 24 unidades habitables, 8 tipos distintos de viviendas, entendidos estos últimos como reinterpretaciones contemporáneas de las viviendas tradicionales que se han experimentado por largos años en el lugar, en los cuales la vivencia en relación  a patios es esencial, procurando una riqueza habitable interior, además de aprovechar la luz y ventilación naturales en los lugares propiamente privados. En términos urbanos, al acercarse al conjunto, por sus exteriores se aprecia el diseño de una calle pública que en sus tratamientos ambientales, formales y de acabados, nos remiten a las calles tradicionales de San Miguel Allende. Al interior del conjunto, este se organiza en relación a una calle en forma de U y en un tramo del recorrido de esta última se descubre una plaza central abierta comunitaria. Los paramentos volumétricos de las viviendas, definen la escala, espacialidad y personalidad de la calle, aludiendo contemporáneamente a las calles de la ciudad tradicional. El conjunto es abierto, variado en sus fachadas, sin rejas o limitaciones, se puede recorrer peatonalmente, con lo cual se integra al tejido social y urbano de la localidad.

Escuela bancaria y Comercial Campus Liverpool

El tema de la arquitectura educativa ha representado para nosotros, varias y continuas oportunidades para desarrollar proyectos, de distintas escalas, en diferentes localidades de la República Mexicana, en los cuales hemos buscado una  relación abierta, directa entre la vida interior de las escuelas  y la vida de barrio colectiva de ciudad donde se ubican. Al mismo tiempo, estos proyectos nos han permitido experimentar con espacios colectivos que deben ser funcionales, flexibles, luminosos, inclusivos, diversos, acreditando los mas actuales criterios pedagógicos, en los cuales los sistemas avanzados de comunicación juegan un papel determinante. En 2018 se inauguró la sede matriz de la Escuela Bancaria y Comercial, ubicada en la confluencia de las calles Liverpool y Dinamarca, contando el terreno con un frente adicional posterior hacia la calle de Marsella, en la colonia Juárez, en la ciudad de México. El proyecto se ordena a partir de dos amplios patios cubiertos,  iluminados y ventilados naturalmente y una calle peatonal interior que recorre toda la escuela, enlazando las vivencias urbanas entre las calles de Dinamarca al frente del conjunto y la calle de Marsella al fondo del mismo. Partiendo de la idea de una escuela abierta a la vida de la ciudad, en la esquina principal del proyecto se cuenta con un amplio ventanal transparente, que permite visualizar la vida colectiva interior de alumnos y profesores, enriqueciendo con ello las posibilidades de la vida del barrio en el lugar. En continuidad con otros proyectos realizados previamente para la misma institución, los materiales y procedimientos constructivos empleados en esta escuela, fundamentalmente metálicos y madera en su condición aparente, nos muestran acercamientos a criterios high tech, incluyendo recorridos verticales y horizontales de las diversas instalaciones necesarias. Complementan el diseño general, consideraciones de carácter ambiental, como el contar con terrazas a distintos niveles y patios  jardinados, sumando a ello la regulación de las incidencias del sol y sus ganancias de calor, la reutilización de las aguas de lluvia y residuales, utilizando preferentemente iluminación y ventilación naturales en los espacios interiores, evitando en lo posible consumos de energía, buscando además confort y serenidad en sus calidades habitables.

Casa Pich Valladolid, Yucatán

Dada su fuerza de origen, las consideraciones básicas de los contextos naturales, como lo que tiene que ver con el clima y las preexistencias vegetales, se vuelven  determinantes para la conceptualización y realización material de algunos proyectos. Tal es el caso de la que llamamos Casa Pich, ubicada en la ciudad de Valladolid, en el Estado de Yucatán, terminada parcialmente en  2022 y que continúa paulatinamente su proceso de complementación. El clima en la localidad es cálido,  húmedo, con lluvias regulares e intensas en verano. El terreno donde se ubica el proyecto, cuenta de origen con un conjunto de árboles sanos y de buena presencia, a lo que se suman algunos desniveles en el terreno natural. En este orden de cosas, la propuesta proyectual de la Casa Pich, dispone posicionalmente los distintos componentes programáticos, privados y públicos, como volúmenes aislados, complementarios, que se van entreverando respetando la vegetación preexistente, la topografía, las mejores orientaciones posibles, las corrientes del viento refrescante y buscando la protección de las frondas de los árboles, tomando en cuenta los movimientos del sol. Lo construido está constituido por volúmenes abiertos, con apoyos puntuales metálicos,  cubiertas ligeras y otras pergoladas, que se relacionan con espacios abiertos, terrazas, donde se desarrolla la vida comunitaria. A las terrazas descubiertas y la vegetación protectora, se suma un carril de nado, para buscar además del ejercicio relajante, mejorar el clima y las condiciones de confort del conjunto en el lugar.

Planeación Urbana

En términos de planeación urbana lo hemos hecho desde los setentas, cuando se creó la Secretaría de Asentamientos Humanos con el afán de conocer, medir y mejorar el desarrollo urbano del país. Las ciudades crecen, cambian de usos, son impactadas con múltiples intervenciones. Por momentos, si las intervenciones no son afortunadas deterioran la zona, suceden procesos de ecología humana denominados fenómenos de secesión-sucesión. Sin embargo la fuerza natural de la urbe provoca su eventual realineamiento y mejoramiento. El deterioro y el auge de la ciudad contemporánea y su renovación es un proceso continuo, inacabado, en constante evolución. Es un organismo vivo  que demanda previsión, planeación estratégica y acción concertada con los diferentes agentes sociales que intervienen en ella.  Hemos participado en los planes generales del DF y en planes maestros en distintas ciudades y regiones. Siempre hemos trabajado conociendo de cerca los lugares a intervenir,  a la gente y su idiosincrasia. Por ello nuestra visión se ajusta a la intervención gradual de las zonas; somos partidarios del micro-urbanismo que aterriza en obras puntuales.

En el despacho hay una continuidad de disciplinas que convergen en distintos momentos: de la planeación y el urbanismo, al diseño urbano, al paisaje y a la arquitectura. Siempre hemos explorado diversas escalas de intervención en las ciudades. Un plan inicia con : investigación, idea-madre,  esquemas y acción ejecutiva y termina el ciclo con la retroalimentación y evaluación. Como premisa partir de la escala del barrio y pasar a la escala de un sector o segmento de ciudad.  Hemos hecho planes desde Apetlachica en Puebla, hasta los poblados pesqueros de Baja California, pasando por análisis puntuales del centro de Puebla, Jalapa, Coatzacoalcos, Veracruz en la región de los Tules y Acapulco. Los temas tratados van de asignar una zonificación primaria y secundaria de la ciudad. Elaborar un esquema de barrios a partir de los ejes viales. Definir las áreas aptas para el Desarrollo Urbano, estableciendo los usos y destinos del suelo del área de crecimiento. Ubicar y cuantificar las acciones que demanda en sus diferentes estratos sociales  en la ciudad. Ubicar los elementos de equipamiento urbano. Cuantificar y ubicar las acciones correspondientes a programas de suelo, infraestructura, vivienda y equipamiento para el corto, mediano y largo plazos. Definir las infraestructuras necesarias y lo más importante establecer y jerarquizar el espacio abierto y el espacio público, donde la calle es el gran protagonista urbano y las áreas de conservación natural. Pensamos que ciudad y campo deben convivir en armonía.

Octavio Paz nos dice poéticamente, que la memoria no es lo que recordamos, sino lo que nos recuerda, que la memoria es un presente que nunca acaba de pasar. Pasados cincuenta años, lo que va quedando de nosotros son las obras que logramos concretar en este lapso de tiempo, constituyendo el corpus de nuestro trabajo. Mas adelante, tal vez algunas de estas obras, mas allá de la nostalgia, puedan superar el silencio del olvido, traspasar la frontera de la historia y constituir realmente lo que nos recuerde. Pero entretanto, la vida sigue sin detenerse… y con ánimo renovado, sobre el papel en blanco, seguimos como equipo arrastrando el lápiz cada mañana, el reto en estos tiempos de perspectivas poco claras, sigue siendo el tener la capacidad de reinventarnos.

                                                                                           23 de junio 1973 – 23 de junio 2023

                                                                                                                         Ciudad de México

 

 

 

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Lo que pudo haber sido y no fue

                                                  Gustavo López Padilla

                                                                                           En la experiencia de la vida, todo suma…

A lo largo del ejercicio profesional de los arquitectos, existe un porcentaje de oportunidades de trabajo, que por distintas razones no llegan a construirse o se hacen  de  manera distinta de cómo era el proyecto originalmente acordado. Pero como quiera que sea, estos proyectos se suman y forman parte del conjunto de la experiencia proyectual, que representa a un equipo de diseño en lo particular. En algunos de estos trabajos se exploran relaciones urbanas, propuestas volumétricas, secuencias espaciales o soluciones de detalle, que mas tarde terminan siendo la base conceptual  para otras oportunidades que si llegan a materializarse. Existe una buena cantidad de experiencias de esta naturaleza en el mundo, entre urbanas y arquitectónicas e incluso algunas de ellas, dada su naturaleza, claridad y profundidad conceptuales, que sin haberse construido, permaneciendo casi como propuestas teóricas, se han convertido en referencias universales para otros proyectos, para distintos arquitectos, que si han llevado a buen puerto sus proyectos, existiendo entonces una importante deuda conceptual, entre proyectos no realizados y  otros que si llegan a ser ejecutados.

Sánchez Arquitectos y Asociados, a lo largo de casi ya cincuenta años de ejercicio profesional, ha desarrollado 308 proyectos, de los cuales 243 son de naturaleza arquitectónica, distintos temas, escalas, unos solicitados por la iniciativa privada y otros encomendados por distintas dependencias gubernamentales y 65 de carácter urbano, que van desde la escala de planeación regional hasta diseños puntuales particulares. El porcentaje de las obras finalmente construidas a lo largo de todo este tiempo, llega casi a un 80% del total, significando un buen promedio como experiencia profesional.

En este orden de ideas, en el año 1979, le fue encomendado a Sánchez Arquitectos y Asociados el proyecto del Hotel Holiday Inn Caballito, que se ubicaría en la confluencia del Paseo de la Reforma, Ave. Juárez, Rosales y Basilio Badillo, en la colonia Juárez, Alcaldía Cuauhtémoc, en  la ciudad de México. El diseño fue realizado en equipo  por Luís Sánchez Renero, Félix Sánchez Aguilar, Gustavo López Padilla y Fernando Mota Fernández, contando con la colaboración de Héctor Meza Pastor y Humberto Ricalde González. El proyecto en cuestión contempló el contar con 844 cuartos hoteleros, mas todos los servicios complementarios que una obra de esta naturaleza amerita. El desarrollo del diseño ejecutivo duró poco mas de un año, iniciándose los trabajos de construcción en 1981, dentro de los cuales Sánchez Arquitectos y Asociados realizó  actividades de supervisión arquitectónica, para verificar conjuntamente con todo el equipo de obra, el apego de lo construido con el proyecto finalmente aceptado.

Dada la importancia y complejidad del proyecto, se inició el proceso de diseño, analizando exhaustivamente en términos urbanos, los usos del suelo próximos al terreno donde se ubicaría el hotel, valorando los lugares de interés en los alrededores, además de los aforos de vehículos en la zona con orígenes y destinos, sistemas de transporte que pasan por y llegan al lugar y las principales condiciones del contexto circundante, incluyendo vistas en perspectiva hacia y desde lugar. Todo esto con la finalidad de conocer el impacto que tendría el hotel en el área urbana donde sería construido. Se visualizó la altura que podría resultar del volumen requerido, haciendo juego con el edificio preexistente de la Lotería Nacional, llamado también Prisma, del año 1970, proyecto de los arquitectos Ramón Torres Martínez y David Muñoz Suarez, considerando que el par de volúmenes altos que se ubicarían frente a frente, podrían constituir formalmente un marco de referencia visual, iniciándose en este nodo, el tránsito vial del Paseo de la Reforma que se encamina hacia el norte de la ciudad.

En términos de arquitectura propiamente, se analizaron los principales hoteles de escalas semejantes, existentes en ese tiempo en la ciudad de México, para conocer e identificar componentes de programa y funcionamientos. Sumando lo anterior, a partir del programa arquitectónico acordado con los clientes solicitantes de la obra, se definieron tres componentes generales de proyecto: zona de estacionamientos, zona de servicios para el público, así como los necesarios para la operación del hotel y finalmente la zona de cuartos. Los estacionamientos se dispusieron en cuatro niveles abajo del nivel de banqueta, los servicios generales ocuparon los seis primeros niveles, sobre el nivel de banqueta y se le denominó a esta zona cuerpo bajo y finalmente sobre y desprendida del nivel anterior, mediante un vacío espacial, se propuso una torre alta  de base cuadrada, de treinta y ocho niveles, que alojaría los distintos tipos de cuartos del hotel y algunos servicios complementarios, necesarios para la operación de cada nivel alto. Finalmente sumando los niveles del cuerpo bajo, mas vacíos y los de la torre, resultó un volumen de cuarenta y cinco niveles. En términos de áreas a construirse, el hotel contaría con un total de 79,610.26 m2 100 %, estacionamientos 18,147.06 m2 22.8%, cuerpo bajo 20,389.60 m2 25.2% y la torre alta 41,073.60 m2 52 %.

La separación física y operacional, propuesta entre el cuerpo bajo y la torre, se pensó de tal manera que lo que fueran los servicios al público y lo que es la zona de cuartos, tuvieran vivencias autónomas, ya que seguramente habría gente que solo usaría los servicios, otras solo los cuartos y otras más que usarían el todo. El cuerpo bajo viviría en relación a dos grandes plazas cubiertas de cuatro y tres niveles de altura, en las que se hicieron referencias conceptuales, relacionadas con la Plaza de San Fernando, próxima a la ubicación de lo que sería el hotel. En uno de estos grandes espacios, el frontal,  se ubicaría el lobby del hotel, mirando en perspectiva, con dirección sur poniente, hacia el Paseo de la Reforma, a través de un gran ventanal.

En términos conceptuales el proyecto se planteó como una arquitectura racionalista, sistemática, funcional, de formas regulares, ordenadas modularmente, buscando claramente contrastes volumétricos y juegos de claroscuros, que resultaban como posibilidades formales expresivas. Se buscó originalmente que en las fachadas exteriores, tanto en el cuerpo bajo como en el alto, en sus partes ciegas, contaran con color y textura, experimentando constructivamente con prefabricados industrializados,  modulares, que en su apariencia fueran cercanos a los tratamientos del barro rojizo. En algún momento de desarrollo del proyecto se propuso que la torre, desde el punto de vista estructural, fuera colgada en los extremos de cada planta tipo de cuartos, apoyando el resto del volumen solamente en el núcleo central que alojaría los elevadores, escaleras y servicios de cada piso, aludiendo a la distancia desde luego, al proyecto existente del edificio Celanese, del año 1968, del Arq. Ricardo Legorreta Vilchis. Finalmente los asesores estructurales, propusieron columnas perimetrales a la superficie en planta de la torre, por considerar riesgosa en términos sísmicos y de alto costo la alternativa del edificio colgado.

La obra se inició con el proyecto finalmente aprobado y su ritmo de ejecución corría con fluidez de acuerdo con lo programado, hasta que en 1982 surgió una crisis económica que afectó a todo el país y la obra fuera detenida esperando mejores tiempos para superar tal circunstancia. La afectación financiera al proyecto fue de tal magnitud, que terminó finalmente por abandonarse la idea  de construir un hotel, con la construcción del edificio que mostraba avances importantes. Después de un tiempo otros inversionistas y otros arquitectos retomaron el proyecto y la construcción existente, pero ahora planteando un edificio de oficinas, tal y como se aprecia su presencia actualmente, en el nodo urbano del que ya se ha hecho referencia. Así las cosas el proyecto original de construir el Hotel Holiday Inn Caballito, pasó a formar parte de aquellos que identificamos coloquialmente como – lo que pudo haber sido y no fue -.

La experiencia en términos de proyectos de carácter hotelero para Sánchez Arquitectos y Asociados, se enriqueció mas adelante con otras tres oportunidades: la propuesta para un hotel en San Miguel Allende, Guanajuato, del año 1990, que terminó por construirse con otro proyecto distinto al original,  la remodelación construida de un edificio patrimonial, que alojó el Hotel Colonial Plaza, del año 1993, ubicado próximo al Zócalo, en la Alcaldía Cuauhtémoc, en el centro de la ciudad de México y finalmente  en el año 2020, fue  inaugurado un proyecto terminado,  considerando las propuestas originales, el Hotel Galería Plaza San Jerónimo, ubicado al sur de la ciudad de México, que cuenta con 151 cuartos y sus servicios correspondientes, sumando 27,929.00 m2 construidos. En la experiencia de la vida, todo suma…

 

 

 

 

 

 

 

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Conjunto Habitacional en San Luís Potosí

                               Gustavo López Padilla

Diseñar un conjunto habitacional de carácter social, representa una oportunidad profesional completa y compleja, en la que se  suman de manera integral requerimientos programáticos y criterios compositivos de diseño urbano, arquitectónico y paisaje, llegando hasta consideraciones de diseño industrial, en lo que tiene que ver con los posibles mobiliarios a emplearse, en los espacios interiores de las unidades habitables resultantes. Implica un compromiso mayor, en la medida de que los resultados proyectuales del conjunto, pueden contribuir a enriquecer y diversificar la imagen urbana y las calidades vivenciales colectivas, que pueden  personalizar e identificar visualmente a la ciudad donde se ubica el proyecto. En términos sociales, la responsabilidad de realizar los diseños se entienden como un servicio, en el que se trata de crear lugares, ámbitos habitables, atmósferas espaciales en donde la gente pueda desarrollar de la mejor manera posible sus actividades cotidianas.

En el año de 1977 se terminó la construcción de un conjunto habitacional ubicado en la ciudad de San Luis Potosí, en el estado del mismo nombre, encomendado por el FOVISSTE a Sánchez Arquitectos y Asociados, constituido en ese tiempo por Luís Sánchez Renero, Félix Sánchez Aguilar, Alberto Robledo Landero, Gustavo López Padilla, Fernando Mota Fernández y Álvaro Díaz Escobedo. Este proyecto se sumaba a experiencias previas en materia de vivienda social, como los conjuntos del Rosario II, 2200 viviendas, ubicado en los límites entre la Alcaldía Atzcapotzalco y el Estado de México, INFONAVIT 1973, conjunto en Villahermosa, Tabasco, 360 viviendas, FOVISSTE 1974,  conjunto Integración Latinoamericana, 1460 viviendas, ubicado en Av. Universidad y Cerro del Agua, al sur de la ciudad de México, FOVISSTE 1976 y el conjunto en la ciudad de Campeche, Campeche, 200 viviendas, FOVISSTE 1976.

El conjunto habitacional en San Luís Potosí se desplanta sobre un terreno básicamente plano, de 146,588.84 m2, cuenta con 655 viviendas, una población total de 3,668 habitantes, a razón de 5.60 personas por familia, resultando una densidad  media baja construida de 252 habitantes por hectárea. Siguiendo la normatividad urbana vigente en aquellos años, para una ciudad como San Luís Potosí,  la superficie lotificada es del 47.20 % incluyendo un área comercial de 670.00 m2, área de donación para servicios de la ciudad de 15.30%, vialidad 15 % y espacio abierto 21.30%, 8.49 m2 por habitante. El proyecto incluye tres prototipos de viviendas unifamiliares de dos niveles cada una y un prototipo de edificios de departamentos de cuatro pisos, constituido por dos departamentos por cada nivel construido.

En términos de diseño urbano, el conjunto habitacional respeta y se ajusta a la traza del tejido urbano colindante al terreno, planteando  nuevas calles interiores, de tal forma de buscar en la disposición compositiva, en la medida de lo posible, una mayoría de unidades habitables que respondan a una orientación oriente-poniente, favorable para lograr condiciones de confort climático, al interior de los espacio útiles. Respondiendo a la irregularidad del terreno y buscando la mayor eficiencia en términos de la movilidad vehicular, en el conjunto resultan cinco zonas para ubicación de viviendas: norte, sur, oriente, poniente y central, que funcionan a manera de pequeños barrios interiores habitables, claramente identificables, constituyendo al final de cuentas un conjunto total, que se identifica como un barrio único, para ser reconocido como parte de la totalidad del tejido de la ciudad. En la zona central, como corazón del conjunto, se ubica una plaza abierta, generosa, arbolada, en torno a la cual se ubican los edificios departamentales y en esta misma zona se ubican los servicios complementarios como comercios, área de donación y espacios que alojarán algunos edificios educativos de primer nivel. El resto del área útil habitable está constituida por viviendas unifamiliares de dos niveles.

Cada una de las cinco zonas mencionadas, buscando su propia identidad habitable, dispone de  espacios a manera de pequeñas plazas o rincones verdes, que constituyen los lugares de reunión colectiva,  contando además con zonas de estacionamientos controlados. La irregularidad del terreno induce a composiciones complejas y dinámicas de los pequeños conjuntos de viviendas, en cada una de las  zonas resultantes, logrando con ello atractivas secuencias de recorridos, en donde los lugares públicos se abren y cierran sorpresivamente, cambiando perspectivas y calidades vivenciales, recordando a la distancia aquellas atractivas ciudades tradicionales, ordenadas a partir de tejidos orgánicos peatonales.  La disponibilidad de generosas áreas de espacios abiertos, le proporcionan al conjunto zonas amables de convivencia social. La diversidad arquitectónico-volumétrica genera juegos atractivos de luces y sombras, contrastes que dan cuenta del transcurso de  los días y las estaciones del año.

Para ese tiempo de la segunda mitad de los años setenta del siglo pasado, en la mayoría de las ciudades del interior de la República Mexicana, había una preferencia social costumbrista por vivir en casas unifamiliares y tuvo que trascurrir algún tiempo para que fueran abiertamente aceptados los edificios multifamiliares. Para el conjunto que ahora nos ocupa, 88 de las 655 unidades habitables, el 13.4 %  están resueltas mediante edificios de cuatro niveles. Cada edificio en cuestión cuenta con dos departamentos por nivel, con una escalera común y las disposiciones de los espacios interiores responden a una clara diferenciación funcional, definiendo  espacios públicos, privados y servicios. Las casas unifamiliares de dos niveles cada una, responden también a una definición de  espacios públicos ubicados en plantas bajas y los lugares privados, en sus plantas altas.

En ambos prototipos de vivienda se busco confort, privacidad, lugares interiores bien iluminados y procurando ventilaciones naturales cruzadas. En términos de composición arquitectónica, se experimentaron formas geométricas simples, regulares, funcionales, racionalistas y  métodos constructivos que implican básicamente muros de carga, losas de concreto armado, vigueta y bovedilla, terminados con aplanados y pintura tanto en interiores como en exteriores, sistematizando industrialmente una buena cantidad de componentes constructivos, tratando en la medida de lo posible, lograr con ello bajos costos de construcción, operación y mantenimiento.

La experiencia del conjunto habitacional en San Luís Potosí, dada su escala, termina representando una oportunidad de servicio profesional comprometido socialmente, que contribuye con los resultados de su arquitectura a la idea de hacer ciudad de manera consciente y amigable, respetando e integrándose a la traza urbana preexistente del tejido en la zona, a partir del criterio de generar una vida  colectiva de barrio identificable, sumando a ello  la condición  de que el conjunto es abierto al libre tránsito de las personas que circulan en la zona, evitando  propuestas de zonas cerradas que fragmentan la vida colectiva en las ciudades, que limitan el intercambio de experiencias que enriquecen y diversifican las conductas y valores sociales.

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Arquitectura para la comunidad

                                                   Gustavo López Padilla

En arquitectura identificamos obras que dada su naturaleza, ubicación, usos cotidianos o la calidad compositiva, formal y espacial con la que cuentan, con el tiempo se cargan de significados y valores que la sociedad identifica hasta un punto tal, que van logrando paulatinamente  reconocimiento y un cierto nivel de trascendencia. Lo anterior hace la diferencia entre lo que simplemente es construcción y lo que verdaderamente podemos considerar como arquitectura. Esto sucede cuando el público en general, por diversas razones, se apropia de las obras a partir de su uso cotidiano, pasando a formar parte significativa de la vida colectiva. Hablamos de una parte de la ciudad o una obra arquitectónica en específico, que a partir de la calidad vivencial de sus espacios, representa, fomenta lazos y valores, enriqueciendo lo que tiene que ver con el conjunto de la cultura de la misma comunidad. Llegar a este punto de consideraciones de valor en las obras, es desde luego, uno de los ideales que los arquitectos se proponen alcanzar al realizar sus proyectos y llevarlos hasta el nivel de su construcción. Lo anterior se vuelve todavía mas trascendente, cuando las obras  desde su origen tienen un carácter comunitario.

 

Tomando en cuenta las consideraciones anteriores, vamos a reflexionar en adelante sobre los resultados del proyecto denominado Casa de Cultura y Escuela de Música, ubicado en la calle Coronel Gregorio Méndez Magaña, Centro, 87453, esquina con la calle Antonio Ruiz, en  la pequeña ciudad de Nacajuca, que forma parte de la región de la Chontalpa, a 24 km de la ciudad de Villahermosa, capital  del Estado de Tabasco, México. Nacajuca cuenta con una de las mayores concentraciones de población indígena maya-chontal y su población total es de 86,105 habitantes, según el censo del 2020.  La obra sobre la que reflexionamos ahora forma parte de un programa federal de la SEDATU, que impulsa el mejoramiento social para comunidades de escasos recursos y con un alto índice de marginación y violencia. En este sentido volvemos a tener presente como la arquitectura, a través de las calidades y diversidades de sus espacios resultantes y las actividades que ahí se realizan, puede contribuir a mejorar las conductas colectivas, convirtiendo el lugar en un sitio de convivencia e intercambio positivo de experiencias vitales y culturales.

El proyecto fue realizado por el llamado Colectivo C733, constituido por la arquitecta Gabriela Carrillo y los arquitectos Erick Valdez, Israel Espín, José Amozurrutia y Carlos Facio (TO), todos egresados de la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Formando parte también del equipo de desarrollo del proyecto, participaron Álvaro Martínez, Fernando Venado y Eduardo Palomino. La obra en cuestión fue terminada en el mes de mayo del año 2021, contando con un área de desplante de 3,350.00 m2 y una superficie de construcción de 1,325.00 m2

En términos urbanos, la ciudad de Nacajuca cuenta con una superficie de 488.37 km2 y trazo irregular de sus calles un tanto orgánico. En este contexto, el proyecto de la Casa de Cultura y Escuela de Música, se ubica con naturalidad en el tejido de la ciudad, aprovechando las preexistencias de cimentación que se encontraban en el lugar, un terreno en esquina que dada su superficie disponible, permite el aprovechamiento de las cuatro orientaciones posibles, buscando en la solución de proyecto, disponer con eficiencia de los vientos cruzados que corren de norte a sur, afrontando de esta manera el clima en el sitio  cálido y húmedo, con una temperatura media anual de 26.4 grados centígrados, con abundantes lluvias en verano. La escala del proyecto resultante es amable para el contexto cercano, lo que aunado a su atractiva presencia arquitectónica y las actividades que se realizan ahora en el lugar, lo han convertido ya en una referencia sustancial para la vida social de la comunidad, que se ha ido apropiando de las instalaciones ahora disponibles.  Hacia el sur, entre el conjunto de proyecto y un pequeño arroyo, lamentablemente en malas condiciones ambientales, se genera un discreto espacio público, pequeña plaza abierta a la comunidad en general.

 

En términos arquitectónicos el proyecto fue resuelto mediante dos volúmenes regulares,   expresivos, ordenados ambos compositivamente mediante un claro sistema modular, contando adicionalmente con un espacio  entre ambos edificios, a manera de una calle interior controlada y descubierta. Un primer volumen domina la esquina urbana principal, entendido como lugar flexible comunitario de usos múltiples y el segundo como talleres de música y servicios. En el lugar de usos múltiples se pueden desarrollar asambleas comunitarias, exposiciones diversas, convenciones, bailes o conciertos musicales. En los talleres se aprende y practica música de diversa naturaleza, actividad que forma parte de la naturaleza creativa, cultural, sensible  y expresiva de la propia comunidad. El espacio calle entre ambos edificios, se convierte en una extensión natural de las actividades de los espacios interiores, diversificando las posibilidades de uso del conjunto.

Los dos volúmenes resultantes en el proyecto, cuentan con alturas generosas, delimitados verticalmente mediante atractivas cubiertas inclinadas, propiciando continuidades formales y espaciales,  buena iluminación y ventilación naturales. Constructivamente se utilizan muros anchos de barro aparente como apoyos básicos y cubiertas resueltas mediante estructuras metálicas ligeras, madera local de coco y tejas de barro, propiciando imágenes formalmente agradables, en las cuales el color, textura y claroscuros de los materiales empleados juegan un papel importante, definiendo así la  presencia urbano arquitectónica del proyecto. El planteamiento constructivo del proyecto, mezcla razonablemente lo artesanal con una cierta industrialización sistemática, lo que permitió una buena  participación en su edificación, de la propia comunidad de Nacajuca.

Algunos criterios de carácter ambiental, partiendo desde la utilización de la madera local de coco, estableciendo con ello ciclos de aprovechamiento, uso del material y su renovación productiva natural, aunado a iluminación y ventilación naturales, se suman a la reutilización del agua de lluvia y manejo de aguas residuales, que tratadas en conjunto, alimentan con condiciones y criterios ambientales positivos el curso del arroyo que corre próximo al proyecto, definiendo así una nueva postura ecológica, en lo que tiene que ver con el conjunto de la vida activa de la comunidad y su relación armónica con el arroyo mencionado.

Al final del camino, estamos ante un proyecto sencillo, flexible, claro funcionalmente, bien resuelto, formalmente atractivo, bien insertado en la trama del tejido de la ciudad, que se traba naturalmente con la vida cotidiana de la comunidad, impulsando realidades, actividades, conductas y valores sociales, que pueden colaborar en la mejora de la vida colectiva. El tiempo determinará el grado de aceptación, integración e identificación con la vida cotidiana de la comunidad. Este proyecto realizado por renovadas generaciones de arquitectos mexicanos,  ha comenzado a ser reconocido nacional e internacionalmente, apareciendo en diversas publicaciones recientes, entre las que podemos mencionar la revista mensual italiana Casabella, creada desde 1928 por Guido Marangoni.

Fotografías: Yoshihiro Koitani.

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La enseñanza de la arquitectura y la inteligencia artificial

                                     Gustavo López Padilla

Ya circulan con cierta regularidad los programas de inteligencia artificial, entre los estudiantes de arquitectura en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, relacionados con maneras de resolver mediante la ayuda de computadoras, propuestas de diseño urbano, arquitectónico, de paisaje e industrial, constructivas y presupuestales. La realidad de esta circunstancia, nos lleva necesariamente a  plantear unas primeras reflexiones críticas, relacionadas con las actuales metodologías de enseñanza aprendizaje de la arquitectura y los procedimientos de evaluación de los conocimientos que de lo anterior se derivan, pero ahora impactado lo anterior con la presencia de la inteligencia artificial. En primera instancia podríamos considerar que las aplicaciones y resultados de inteligencia artificial, deberían ser herramientas útiles de trabajo, mediante las cuales los estudiantes pueden desarrollar mejores y mas completos trabajos de diseño, siempre y cuando dentro del proceso metodológico, intelectual de diseño, los propios estudiantes sometan las propuestas que les son suministradas por sus computadoras, a ejercicios críticos, para orientar, decidir, modificar, enriquecer y personalizar sobre todo los posibles resultados de dichas propuestas de diseño.

Pero puede suceder que muchos estudiantes por premura, comodidad o pereza mental sin contar con la preparación necesaria para plantear meditadas ideas conceptuales previas, que deberían dar el sentido inicial y a lo largo del proceso de diseño a sus trabajos, acepten simple y acríticamente, las propuestas y resultados que les suministren sus programas de diseño y vistas así las cosas, la inteligencia artificial en lugar de ser una herramienta de trabajo, se pueda convertir en una limitadora intelectual, independientemente que los trabajos que presenten sean eficientes, funcionales y con imágenes bonitas,  constituyéndose  grupos de estudiantes y futuros profesionales que se conformen con los diseños genéricos que resultan de lo anterior. Si valoramos las imágenes con las que nos bombardean recientemente las empresas desarrolladoras inmobiliarias, que seguramente ya utilizan inteligencia artificial o lo que sucede en China, con la aparición inmediata de ciudades y sus arquitecturas, estamos ante estos diseños genéricos, homogéneos, aburridos, en donde el ser humano es simplemente un dato estadístico, una variable, un ente que se acomodará dócilmente en los huecos del piso 68 del edificio 42, que les son suministrados para vivir. Siempre será mejor poder vivir por ejemplo, en la Torre Price diseñada por Frank Lloyd Wright o en el Conjunto Habitacional Miguel Alemán, diseñado por Mario Pani, obras que cuentan con condiciones amables y humanas  de habitabilidad, además de personalidades propias de dsieño, generando en sus usuarios atmósferas de bienestar.

Esta realidad también sucede en las clases  de teoría e historia, en donde los estudiantes, como parte de su formación intelectual deben leen libros y como resultado de lo anterior tengan que presentar algún ensayo que de cuenta de su aprendizaje. La inteligencia artificial les puede suministrar de sobra muchos de esos ensayos, sin la necesidad de leer previamente los libros. Con la aceptación indiscriminada de los resultados suministrados por la inteligencia artificial, puede resultar que la formación de los estudiantes finalmente termine siendo contradictoriamente limitada, en el sentido de no formarse realmente como arquitectos, terminando tal vez siendo buenos acríticos programadores o usuarios computacionales. Estamos ante la realidad de las máquinas dominando, por falta de voluntad y pereza mental a  la inteligencia y creatividad de los seres humanos. Y un problema funcional de esta realidad de la inteligencia artificial utilizada en el aprendizaje de la arquitectura, es como evaluar ahora los trabajos que se presentan, incluso pensando en problemas de una cierta discriminación, porque los estudiantes de mayores recursos pueden acceder a mejores y mas sofisticados programas de computación, que les permiten presentaciones un tanto mas vistosas, en relación con los que no disponen de estos.  ¿ Se calificará ahora el aprendizaje intelectual de los alumnos o los resultados y avances de sus programas de computación ?

Otra limitación en el aprendizaje de los nuevos estudiantes de arquitectura, con la inminente vigencia de la inteligencia artificial, es la falta de oportunidades de trabajo para los jóvenes en los importantes despachos de arquitectos ya establecidos, en donde generalmente los estudiantes trabajan y con ello complementan su formación profesional, iniciándose como dibujantes y poco a poco incorporándose a responsabilidades mayores de diseño. Con las computadoras y sus programas sofisticados de diseño, cada vez se contratan menos colaboradores y la relación fundamental, histórica, tradicional de aprendiz y arquitecto se trastoca.  Y esto nos lleva a otra dura pregunta: ¿ se necesitan ahora tantos miles de estudiantes de arquitectura ?

La realidad es que la presencia de la inteligencia artificial no va a  desaparecer ni se va a limitar su desarrollo, sino al contrario, cada vez su presencia será mayor, mas sofisticada y así las cosas ¿ como la vamos a asumir en la enseñanza aprendizaje de la arquitectura y en la cotidianeidad  profesional ? Desde luego lo primero por hacer es que  todos la conozcamos de la manera mas racional y profunda posible, para que la podamos utilizar como una herramienta y no se convierta en una limitación intelectual-profesional y peor aún que no se constituya finalmente en un factor que contribuya a que  los seres humanos lleguemos a ser prescindibles, con todo lo que lo anterior implica. La creatividad y originalidad de los seres humanos está y estará a prueba constantemente.

Como unas primeras reflexiones en relación con la enseñanza-aprendizaje de la arquitectura, creo que se deberá priorizar la práctica de la conceptualización de las ideas que le den sentido a los diseños que realicen los estudiantes. En el inicio de los proyectos y en el desarrollo de los mismos en sus clases, se debe establecer una relación cercana entre profesores y alumnos, de tal suerte que se aprenda y practique a profundidad como plantear y desarrollar propuestas de diseño, haciendo énfasis en la importancia y trascendencia de las ideas que den soporte a los trabajos. Lo mas importante de todo en los proyectos son estas ideas, lo que puede establecer diferencias sustanciales en relación a lo que puede resultar simplemente de la utilización de los diseños genéricos de la inteligencia artificial mal entendida. Se trataría de aspirar en la medida de lo posible, a diseños que cuenten con la personalidad, interpretación e identificación del autor o los autores, sin excluir desde luego la utilización de inteligencia artificial.

Se deben reanimar en las escuelas o facultades de arquitectura, las prácticas de realizar trabajos presenciales, acotados en el tiempo, las llamadas repentinas, en donde los estudiantes sin la utilización de la inteligencia artificial, planteen propuestas conceptuales, mediante croquis realizados necesariamente a mano y maquetas esquemáticas rápidas, con las cuales se establezcan  las directrices de los diseños a seguir. Sobre estas bases se pueden continuar y desarrollar los proyectos, después utilizando las ventajas de los programas computarizados, pero siempre teniendo en cuenta a lo largo del proceso, la necesidad de contar con pausas reflexivas que valoren el desarrollo de los mismos y no dejarse llevar o cautivar simplemente por los resultados obtenidos mediante programas. Los estudiosos actuales de psicología, valoran como importante escribir  apuntes a mano, como una manera natural y valiosa de aprendizaje, estableciéndose según ellos una rica conexión entre la mano, la vista y el cerebro. En arquitectura realizar dibujos a mano de proyectos valiosos previos, tratando de identificar y valorar ordenes compositivos, constructivos y calidades secuenciales de los espacios, es una manera sustancial de aprender. Se trataría de priorizar y evaluar, como finalidades de aprendizaje, los procesos intelectuales de diseño y no atender solamente los resultados gráficos de los mismos. Además. como nos enseñaron sabiamente Le Corbusier o Humberto Ricalde entre otros, las visitas y recorridos a pié de ciudades y sus arquitecturas, realizando croquis, reflexiones comparadas y preguntando a la gente, en el aprendizaje sigue y seguirá siendo fundamental; no hay que olvidar que la mejor escuela de arquitectura que existe en el  mundo es precisamente la calle.

En relación con las clases teóricas se debería incentivar a lo largo de los programas de estudio,  el intercambio directo, permanente,  de ideas reflexivas entre profesores y alumnos, valorando conocimientos, experiencias personales y de grupo, sumando posibles  visualizaciones de futuro. El apoyo tecnológico y de los medios mas avanzados de comunicación, con imágenes y recorridos virtuales a las ciudades y sus arquitecturas, desde luego que valen la pena, pero lo mas importante es la reflexión personal, comparando los mas diferentes ejemplos arquitectónicos y urbanos. Con la práctica de la inteligencia artificial, los ensayos quedarían prácticamente descartados como manera de aprendizaje,  no así la participación continua en las clases y los exámenes escritos, presenciales, personales, como instrumentos de evaluación. En estas clases de teoría, se deben promover sustancialmente, además de las materias propias de la arquitectura,  estudios de filosofía y sociología, en donde los estudiantes prioricen el mundo de los valores que deben ordenar y conciliar las relaciones humanas y se acerquen además a las diferentes maneras de conocimiento, que la filosofía tiene presente. Hay que insistir, en que la utilización de la inteligencia artificial deberá ser una herramienta que contribuya a un mejor aprendizaje de la arquitectura y no se convierta en una limitación intelectual.

Para complicar las cosas, acompañan hoy en día a los programas de inteligencia artificial, lo que tiene que ver con  nanotecnología,  biotecnología, manipulación genética y  robótica, haciendo incierto el panorama en general para la vida de los seres humanos en un presente y futuro cada vez mas cercano. Todo esto tendrá efectos en la vida y espacialidades de las ciudades y en las maneras de vivir sus arquitecturas. Los arquitectos debemos estar atentos a estas nuevas realidades, para ser capaces de enfrentarlas profesionalmente. Pero el desarrollo de la ciencia y sus aplicaciones, que vale la pena decir son promovidas, desarrolladas, aplicadas y controladas por los mismos seres humanos, desde la Revolución Industrial de mediados del siglo XVIII, deberían contribuir fundamentalmente a mejorar sus condiciones de vida e incentivar su felicidad, de lo contrario todo lo anterior no vale la pena. No se trata al final de cuentas de decidir entre las máquinas o los hombres y sus calidades de vida. Siempre será mejor abrazar y besar a una mujer, sentir su calor y disfrutar el aroma de su piel, que estar acompañado de la frialdad de una máquina… y nos queda todavía la oportunidad de apagar las computadoras.

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El futuro nos alcanzó, inteligencia artificial y arquitectura

     

                                                 Gustavo López padilla

Ya circulan con regularidad programas avanzados, que en breve tiempo pueden generar una variedad de esquemas alternativos de diseño para proyectos de distinta naturaleza, con los cuales se puede contar con plantas, cortes, fachadas e imágenes interiores y exteriores. Esta es una realidad que como todo nos deja valorar ventajas y desventajas. Los impactos de la llamada inteligencia artificial ya están presentes en las maneras de conceptualizar y llevar a nivel ejecutivo proyectos que van desde planeación urbana, pasando por diseño urbano,  arquitectura, paisaje, llegando hasta el diseño industrial,  llevando a la necesidad de repensar la práctica del arquitecto, que tiene y tendrá como proyectista en el presente y futuro inmediato, al mismo tiempo de visualizar las posibles variantes de oportunidades de trabajo que esto implica. Lo anterior también conduce a imaginar distintas maneras de aprendizaje de la arquitectura y finalmente someter a valoración la trascendencia de los proyectos resultantes.

En primera instancia, la utilización de estas herramientas de diseño en arquitectura, la llamada inteligencia artificial, partiendo necesariamente de ideas conceptuales previas, apoyadas en las platicas preliminares entre cliente, posibles usuarios y arquitectos, de la valoración del sitio y disponibilidades económicas, tendrán resultados que en buena medida se relacionarán con la cultura, postura teórica, experiencia profesional, capacidades creativas de los arquitectos y su conocimiento relacionado justamente en relación a estas prácticas tecnológicas de diseño, permitiendo lograr rápidos acercamientos iniciales al problema y tema a resolver, identificando alternativas y potencialidades proyectuales. No se plantea en lo anterior desde luego, que los resultados obtenidos con el uso de programas avanzados de diseño, se conviertan necesariamente de entrada, en criterios absolutos a seguir, ya que en todo proceso creativo se plantea transitar por una metodología secuencial, que se somete gradualmente a valoraciones reflexivas, rectificaciones y nuevos emprendimientos creativos. Pero puede suceder también que para algunos diseñadores, por falta de experiencia, voluntad, conocimientos o capacidades creativas,  simplemente acepten los resultados obtenidos mediante los programas mencionados, pasando de ser instrumentos a condicionadores proyectuales, con los cuales logran propuestas que pueden ser eficientes, alcanzando tan solo los niveles de diseños genéricos.

Pero habrá quienes sean capaces de entender y manejar adecuadamente estos programas avanzados de diseño y poniendo en juego sus propias capacidades de pensar, decisión y creativas, puedan lograr resultados diferentes y mas trascendentes, que puedan contribuir al desarrollo actualizado del urbanismo y sus arquitecturas, como es el ideal de los que verdaderamente quieren ser arquitectos. No podemos dejar de reconocer que quienes tengan los recursos económicos suficientes para contar con los mas avanzados programas de diseño, dispondrán de herramientas que les permitirán ser mas competitivos, en lo que se refiere a los tiempos de respuesta a los proyectos que les sean solicitados, tal vez mejores presentaciones de los mismos, mas realistas, que hagan mas comprensibles sus propuestas a sus clientes. Si bien la creatividad no está condicionada a la disposición de estos programas avanzados, en términos de mercadotecnia, de imagen, pueden haber algunas desventajas para quienes no cuenten con ellos. Para los arquitectos de menores recursos económicos, pueden haber  incluso limitaciones de oportunidades de trabajo.

Todo esto ya tiene implicaciones para quienes actualmente estudian arquitectura y en términos de recursos económicos pueden haber circunstancias semejantes a lo comentado previamente. Quienes cuenten con los programas más avanzados, pueden tener presentaciones mas vistosas y pudiera ser que mejores calificaciones, aunque no necesariamente su proceso intelectual de aprendizaje haya sido lo mejor. Es mas fácil y peligroso que en un principio, los estudiantes de arquitectura se dejen llevar simplemente por los resultados que arrojen los programas de inteligencia artificial, ya que no cuentan todavía con experiencia intelectual, que les permita valorar y enfrentar las distintas posibilidades de propuestas de diseño. Habrá quienes en sus clases teóricas, en las cuales tengan que realizar ensayos sobre algunas lecturas, recurran llanamente a los resultados que sin leer, les pueden ofrecer los programas de computadoras. Todo lo anterior en conjunto plantea repensar las maneras pedagógicas de la enseñanza- aprendizaje de la arquitectura, tomando en cuenta las ventajas y desventajas relacionadas con la inteligencia artificial. Y pensando nuevamente en la realidad laboral como experiencia necesaria para los estudiantes, con la finalidad de  complementar su formación como profesionales de arquitectura, las oportunidades cada vez serán menores de colaborar con algún despacho importante, ya que con los programas avanzados, cada vez se necesitarán menos colaboradores para el desarrollo de proyectos. Esta reducción laboral en el tiempo de ser estudiantes o recién egresados de la universidad, puede limitar o retrasar su complemento de aprendizaje, al menos como tradicionalmente ha sucedido a lo largo de la historia, pensando en la relación necesaria entre aprendiz y profesional en activo.

Pero las reflexiones anteriores pueden considerarse demasiado simplistas, si se piensa en relación al desarrollo actual del conjunto de la ciencia y sus aplicaciones en inteligencia artificial, que se visualizan para el presente y futuro ya muy cercano. Con la presencia y aplicación de programas computacionales avanzados, se visualizan cambios importantes en el conjunto de la vida social, en donde muchas actividades de los seres humanos tienden a cambiar o están siendo reemplazadas por máquinas. Existe una seria preocupación por la falta multitudinaria de  oportunidades de trabajo, que la presencia constante y creciente de las máquinas ya está implicando, afectando la calidad de vida cotidiana de las personas. En este sentido, vale la pena acercarse a los estudiosos que se han concentrado en la reflexión sobre las implicaciones de la inteligencia artificial. Entre ellos vale la pena leer y pensar sobre los trabajos realizados por el escritor e historiador israelí Yuval Noah Harari (1976), documentados en sus libros como Homo Deus y 21 lecciones para el siglo XXI. Porque no solo está implicada en todo lo anterior la inteligencia artificial, sino que se suman a ella otras ramas paralelas del conocimiento y la ciencia, como las modalidades mas modernas en la transmisión del conocimiento, la robótica, la biotecnología o los estudios mas avanzados en genética, incluyendo lo que tiene que ver con la realidad abrumadora y desconcertante de la clonación, que tienen y tendrán cambios drásticos en la realidad de la vida humana.

Muchas de las ideas propuestas por visionarios en las novelas de ciencia ficción de mediados del siglo pasado, hoy en día forman parte de nuestra realidad y sus proyecciones se aceleran día con día. El futuro nos ha alcanzado y los seres humanos nos tenemos que actualizar constantemente, científica, tecnológicamente y tendremos que replantear muy pronto nuestras vidas, nos vamos ha tener que reinventar en lo que hacemos y como lo hacemos y lo tenemos que hacer serena pero rápidamente, para no quedar rezagados como seres humanos, obsoletos o desechables. Nuestra imaginación y creatividad están y estarán constante a prueba. En principio lo ideal sería que las máquinas, las computadoras o la inteligencia artificial,  propiciaran mejores condiciones de vida para los seres humanos, pero desde luego en gran medida lo anterior depende de quienes controlan de manera concentrada, los grandes centros en donde se acumula el conocimiento de la inteligencia artificial. Esta nueva realidad ya está significando mayores diferencias, en todos los sentidos, entre quienes tiene el capital financiero y controlan los centros fundamentales de la inteligencia artificial y el resto de la población del mundo. Aquí vuelve a tener importancia y significación la filosofía, el mundo de las ideas y los valores, el principio de lo bueno, porque antes que nada al menos en teoría, con las acciones humanas se debería procurar el bienestar y la felicidad de los propios seres humanos, sus familias, el conjunto de la sociedad, porque sin esto nada en la vida tiene sentido. Con la aplicación extensiva de la inteligencia artificial, vuelven a estar presentes en la filosofía, las reflexiones que tienen que ver con lo verdadero y lo falso. Hemos avanzado mucho científica y tecnológicamente, pero poco en el mundo de los valores que deberían regular las relaciones humanas, el egoísmo y la soberbia están muy presentes.

Y el ejercicio de la arquitectura, en los cambios de vida que ya están presentes y serán mayores, inevitablemente esta en el centro de todo lo anterior y hay que insistir, se deben repensar las modalidades de aprendizaje de la misma en las universidades. Finalmente como en la trama de la película 2001: Odisea del espacio (1968), de Stanley Kubrick, no hay que olvidar que los seres humanos siempre tenemos la posibilidad de desconectar la inteligencia artificial, si no logramos con ella bienestar, que es lo mas importante.

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Edificio Anatole France 146

                                 Gustavo López Padilla

Enfrentar las soluciones de diseño, que para un proyecto determinado les son encomendadas a un equipo de arquitectos, implica de manera natural resolver necesidades programático – presupuestales, de acuerdo con las necesidades de espacios planteadas por el cliente o por sus usuarios, buscando que el proyecto resultante contenga singularidades espaciales, formales o constructivas que puedan crear un sentido urbano de lugar, que sea reconocido cotidianamente por quienes viven o transitan por el sitio, pensando que con la arquitectura particular se crean las condiciones de habitabilidad de las  ciudades. Se plantea además que este diseño logre ser identificado como parte  del conjunto de la trayectoria profesional del autor o los autores del mismo, evitando desde luego que los resultados proyectuales puedan terminar siendo considerados como una obra anodina, anónima, genérica urbano arquitectónica. Así las cosas, con el sentido de lo anteriormente expuesto, Derek Dellekamp (1971), egresado de la Universidad Iberoamericana en el año 1997, haciendo equipo desde el 2019 con  Jachen Duri Schleich (1980), egresado de ETH Zurich 2006, asumieron el diseño del edificio ubicado en Anatole France 146, col. Polanco, Alcaldía Miguel Hidalgo, en la ciudad de México, terminado en el año 2022.

El edificio en cuestión se posesiona sobre un terreno residual, que aprovecha un área útil de algo  que formaba parte de inicio de una propiedad de mayores dimensiones, contando para los efectos de lo que ahora nos ocupa, con un área rectangular, orientada oriente poniente, de aproximadamente 420.00 m2,  dando frente a la calle de Anatole France. El volumen dominante del proyecto resultante se ubica medio nivel arriba del de banqueta, dando lugar a un semisótano de servicios. Para esta oportunidad se planteó un programa arquitectónico de usos mixtos, que mezcla comercios con áreas de oficinas. Cinco plantas útiles sobre el nivel de acceso, se distribuyen en un comercio de doble altura, ocupando la planta de acceso y primer nivel, otro comercio ubicado en el nivel dos y en los restantes niveles tres y cuatro se alojan oficinas.

El entorno urbano próximo al edificio cuenta con una imagen urbana irregular, poco consolidada en lo que tiene que ver con sus alturas dominantes, proyectos colindantes de limitada calidad de diseño en lo que tiene que ver con sus criterios compositivos, contexto dentro del cual la obra sobre la que reflexionamos logra destacar formalmente. Hablamos para el Anatole France 146 de una densidad media de ocupación, que se termina expresando volumétricamente con una escala amable para la zona, para quienes circulan por el lugar tanto en automóvil como a pie. Por requerimientos de diseño, el volumen dominante del edificio, se repliega hacia el fondo y al costado izquierdo del terreno disponible y esta circunstancia afina su visibilidad de manera perspectivada. El edificio se abre y relaciona directamente respecto de  la ciudad, al no contar con límites restrictivos dominantes de rejas o bardas, graduando los recorridos de acceso y vivenciales, que van desde el espacio propiamente público de la calle, pasando a un entorno semipúblico de un jardín abierto, descubierto interior, hasta llegar a los dominios de lo estrictamente privado pero visitable, por tratarse en los tres primeros niveles de usos del suelo comerciales.

En términos de composición arquitectónica, el proyecto se resuelve con base en formas geométricas simples, regulares pero expresivas, experimentando con criterios de plantas libres reconfigurables, en las cuales los componentes de soporte estructurales se ubican en los perímetros de las áreas útiles, para permitir así sus flexibilidades de ocupación espacial. Hablamos de una arquitectura experimentando criterios claramente racionalistas, la forma siendo resultado de la interpretación de funciones. En el terreno disponible se identifican con claridad tres zonas programáticas: en el costado izquierdo las áreas útiles representadas por el volumen dominante, sobre el costado derecho, una zona de jardín comunitario descubierto y al fondo de todo lo anterior, claramente diferenciados, los lugares de acceso a los distintos componentes programáticos, las articulaciones verticales, elevador y escaleras y sus servicios complementarios necesarios. Compositivamente el volumen de áreas útiles está resuelto a manera de apilamientos, en donde claramente los dos primeros niveles corresponden a una zona comercial dominante, sobre la cual un tercer nivel resuelto a manera  de transición formal y estructural, aloja otra zona comercial y finalmente en los dos últimos niveles, se suman las oficinas ya referidas. Cada zona formal y estructuralmente  queda claramente diferenciada. El criterio de apilamientos volumétricos ya había sido experimentado previamente por Derek Dellekamp, en el edificio de departamentos ubicado en Alfonso Reyes 58, col. Condesa, en la Alcaldía Cuauhtémoc, en esta misma ciudad de México.

Para el proyecto de Anatole France su solución estructural fue planteada mediante un criterio mixto, combinando muros de concreto aparentes en los perímetros ciegos del edificio, algunos componentes metálicos y predominando  madera en los frentes de los tres últimos niveles que constituyen las fachadas abiertas a la luz natural. Estos componentes estructurales definen de manera aparente las calidades formales y vivenciales de los espacios interiores útiles y al mismo tiempo califican la imagen urbana del volumen dominante del edificio. En la porción baja del edificio, en los dos primeros niveles, el uso preferente de cristal transparente determina flujos de transparencias, luminosidades  e interrelaciones visuales entre interiores y exteriores, entre la tienda comercial y el jardín de acceso.

En los niveles superiores, la presencia de componentes de madera, definen calidades plásticas, ritmos y juegos de claroscuros. Sin embargo, observando la imagen exterior del edificio, me parece que debieron haberse considerado mayores protecciones en relación a la incidencia directa del sol y sus ganancias de calor, en las fachadas resultantes oriente y norte. Es evidente la presencia de sol en los espacios interiores útiles y aunado a la hermeticidad de estas fachadas, lo anterior induce a consumos importantes de energía para lograr las condiciones necesarias de confort, afectando también las posibilidades de uso de estos mismos interiores, ya que la presencia de los cristales necesarios corren de piso a techo y no es siempre conveniente tener objetos y muebles próximos o colindantes a estas fachadas.

En otro sentido, en términos de diseño es interesante y atractiva la solución de un conjunto de detalles constructivos, que tienen que ver con la operación de los distintos componentes estructurales, sus juntas, conexiones y transiciones entre distintos materiales. Destaca en ello la solución de detalle de la esquina principal del edificio, ejecutada a partir de geometrías nítidas, bien resueltas y logrados despieces de materiales. Al final de cuentas, el conjunto de presencias, entre el jardín de profusa vegetación, que genera un agradable microclima vivencial abierto a la ciudad y el apilamiento volumétrico expresivo del edificio, con  predominio de componentes de madera, terminan por calificar atractivamente la obra, definiendo ¨ un lugar ¨ que comienza a ser reconocible, en términos  arquitectónicos y urbanos.

 

 

 

 

 

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